Alguna vez hemos soñado con jugar a la lotería, y que nos tocaba el premio más importante. Inmediatamente después empezábamos a pensar en los siguientes pasos, viajes, adquisiciones,… Nuestra vida sería diferente. Nuestra vida sería un sinfín de tareas placenteras que compartiríamos con seres queridos y amigos. Lugares remotos, aventuras de lujo y experiencias vitales gratificantes. Nos imaginamos caras felices que nos rodean y saludan con placer.
Alguna vez he soñado con poder viajar al futuro y volver. Saber lo que va a pasar, por ejemplo en la bolsa de valores, o en las apuestas deportivas. Y acertar una y otra vez. La innovación es algo que nos cambia la vida. Es esa sensación de utilizar tus capacidades en algo que crea riqueza de forma sostenible. Es imaginar sobre lo que imaginan los demás, añadiendo una visión nueva a un problema, que hasta ese momento parecía irresoluble. Es sentir que, ya, todas piezas encajan, generando una sensación muy parecida a la que siente el corredor de fondo. Angustia y placer al mismo tiempo. Esa capacidad para ver los problemas, como una oportunidad, de obtener placer y riqueza sostenible. Las estadísticas demuestran que los emprendedores, en una gran proporción, son seriales o repiten. Cuando han sentido la sensación, necesitan seguir. El resultado no es determinante, es la acción en sí mismo de emprenderlo que genera dependencia. La innovación te cambia la vida. En una empresa de fabricación de postres, se planteó la idea de generar un plato nuevo. Las Torrijas de la Abuela. La fórmula, la tradicional…..pan, leche, azúcar, limón, canela, huevo, miel… y un poco de coñac. El procedimiento de fabricación, debería cumplir dos requisitos: respetar el procedimiento artesanal y permitir la fabricación de grandes lotes del producto. El problema, que parecía irresoluble, era la consistencia de las torrijas, una vez empapadas de leche hervida con canela y limón. Al tratar de rebozarlas en huevo, para freírlas, se rompían. La Abuela lo hacía con mano experta y con cariño, acción difícil de replicar en el proceso fabril. ¿Cómo lograr que el pan empapado ganara en consistencia sin perder la esencia de su calidad? Un grupo de científicos de la Universidad Politécnica de Madrid discutían las implicaciones que tendría un cambio en los hábitos de consumo de algunos países asiáticos como la India o China. Suponiendo que estos países, decidieran sus ciudadanos imitar el consumo de carnes de pollo y vacuno de Europa y América, ¿qué implicaciones tendría para el planeta? El cambio de hábitos, pasar de consumir preferentemente verduras y cereales a proteínas de origen animal, genera implicaciones brutales en la cadena alimenticia del planeta. El primer dato a tener en cuenta, es el número de personas implicadas, casi el sesenta por ciento de la población del planeta. El segundo dato es el rendimiento obtenido al pasar proteínas de origen vegetal a proteínas de origen animal. Algunos cálculos indican que son necesarios cien kilos de cereales para obtener un kilo de carne de vacuno comestible. El nivel de producción de cereales a nivel global debería multiplicarse por cien. Las implicaciones de este problema, en la superficie terrestre, no son cosa baladí. Mayor influencia en el cambio climático, mayor nivel de contaminación y expoliación del planeta. Uno de los intervinientes en el grupo presentó un cálculo del número de cosechas que se perdían, como consecuencia de plagas de bacterias y hongos, que afectan a los cereales. Sólo, si pudieran evitarse, el incremento del rendimiento en las cosechas, ceteris paribus, podría multiplicarse por varios enteros. Pero eso es un problema irresoluble…..¿o no? Otro de los científicos habló del sistema inmune. ¿Qué pasaría, si en vez de tratar de matar las plagas cuando aparecen, pudiéramos crear un sistema que activase la respuesta inmune de las plantas? ¿Qué pasaría si mediante ataques controlados de las principales plagas a plantas seleccionadas, pudiéramos activar el sistema inmune, de tal suerte que las hiciera resistentes a los organismos patógenos? Sin aumentar la superficie, sin utilización de productos químicos contaminantes… sólo como respuesta biológica de la propia planta. ¿Sería posible? La innovación te cambia la vida. Las mejores ideas se producen cuando las inteligencias diversas trabajan en sintonía. Cuando se escuchan unas a otras, cuando imaginan lo que imaginan los demás. Este proceso genera dependencia en quien lo experimenta. Y crea valor de forma continua y sostenible.
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Abril 2019
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