Normalmente, trabajar en equipo implica que la suma del trabajo de los miembros del equipo permitirá realizar una tarea más compleja de manera más rápida y productiva. Pero en innovación no sirve dividir el trabajo en partes iguales. Te contamos por qué y cómo aprovechar las fortalezas de todos los miembros del equipo.
El trabajo en equipo debería simplificarnos la vida y sin embargo muchas veces nos puede llegar a ocasionar dolores de cabeza por distintos motivos. Uno de ellos es las tareas que cada uno va a realizar y su división entre los miembros del equipo. En muchas ocasiones, algún miembro del equipo se ve obligado a revisar o a efectuar parte del trabajo de otros y puede llegar a generar frustración, conflictos o un mal funcionamiento del equipo. En innovación, hay una regla fundamental para trabajar en equipo: aprovechar el conocimiento y las habilidades de cada uno de los miembros del equipo para construir juntos. En la práctica, esto quiere decir que en vez de dividir el trabajo a partes iguales entre todos y juntar las partes en un una sola pieza, lo más interesante es repartir en función de los conocimientos y las habilidades de cada uno y construir juntos sobre el trabajo de cada uno. Y eso solamente se consigue si hemos hecho el mapa de talento de nuestro equipo. Por ejemplo, si un equipo formado por un abogado, un informático experto en big data y un experto en procesos está desarrollando una propuesta innovadora para pacientes y centros de salud, en vez de dividir las tareas, deberán intentar apoyarse en el conocimiento de cada uno para avanzar y construir juntos. El abogado podrá investigar los posibles obstáculos legales en materia de recomendaciones de medicamentos, efectos secundarios o protección de datos de los pacientes mientras el informático se centrará en cómo obtener los datos necesarios para desarrollar la solución y el experto en procesos analizará los procesos existentes y la mejor forma de agilizarlos. El equipo compartirá el conocimiento adquirido y las ideas con el resto para que puedan construir juntos a partir de allí. Hay varios motivos por los cuales es importante proceder de esa manera: - El resto del equipo adquirirá conocimientos nuevos sin "sufrir" investigando temas que no conocen de primera mano; - El conjunto del equipo retendrá el conocimiento y la generación de valor será mayor para todos; - La motivación de los miembros del equipo se mantendrá alta al construir sobre temas de su campo de conocimiento y la satisfacción será mayor al sentir que la aportación de cada uno es especialmente relevante; - La solución desarrollada se basará en el conocimiento funcional cruzado de los miembros del equipo y por tanto tendrá más posibilidades de ser ejecutable e innovadora. La parte más importante del trabajo en equipo en el desarrollo de una idea innovadora tiene que ser construir sobre las ideas de los demás. Si no lo haces y divides las tareas a partes iguales sin generar nuevo conocimiento para todos, no estarás construyendo en equipo y por lo tanto no podrás innovar.
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Hoy te vamos a hablar del mapa de talento, ese gran ignorado y sin embargo fundamental cuando se trata de innovar.
¿Qué es un mapa de talento? El mapa de talento hace referencia al conocimiento funcional profundo de las personas del equipo, es decir las habilidades y conocimientos de cada persona que conforman el equipo, en las que es especialista. Por lo general tendemos a definir nuestro conocimiento en función de nuestro puesto de trabajo y cuando nos preguntan de qué sabemos nuestra respuesta suele ser: soy comercial, gestor de proyectos, abogado, ... cuando en realidad nuestra actividad actual no tiene por qué definir nuestro conocimiento funcional profundo. Por ejemplo, si un traductor trabaja de gestor de proyectos en una empresa de recursos humanos, es probable que además de tener conocimientos de recursos humanos, tenga un conocimiento funcional profundo de idiomas, traducción, herramientas de traducción asistida, etc. Otro ejemplo: un comercial en una empresa de telefonía es músico y apasionado de guitarras. Dedica gran parte de su tiempo libre a customizar guitarras eléctricas. Es probable que tenga un conocimiento funcional profundo de cómo montar el sistema eléctrico de una guitarra, de las maderas que se utilizan y cómo suenan, de cómo pintar y lacar una guitarra, etc. Es fundamental saber cuál es nuestro conocimiento funcional porque es el que nos va a permitir enriquecer una propuesta innovadora cuando estamos frente a un reto. Se construye sobre lo que se sabe. Si no tenemos un dominio del tema en el que queremos innovar, tendremos que alquilar inteligencia, bien incluyendo a alguien con ese conocimiento o bien adquiriendo el conocimiento necesario consultando un experto. ¿Cómo y cuándo hacer el mapa de talento? En innovación, hay dos maneras de hacer el mapa de talento: 1. Definir el talento disponible Si quieres innovar con un equipo ya formado, antes de iniciar la fase de ideación, tienes que hacer el mapa de talento de tu equipo. Es decir, necesitas tener una visión clara del conocimiento funcional del que dispones en el equipo para basar la solución que vayas a generar en ese conocimiento. Si el core de tu solución (el sitio donde vas a crear valor) requiere tener conocimientos en áreas para las que no dispones del talento dentro de tu equipo, tendrás que buscar otra solución. Delegar las áreas de creación de valor a un tercero (persona o empresa) que está fuera de tu equipo no te permitirá retener el conocimiento y por tanto no te va a generar valor sostenible. Pongamos un ejemplo: has decidido crear una solución innovadora basada en big data pero no tienes a nadie en tu equipo que tenga conocimiento profundo de big data. No tiene sentido. Se innova sobre lo que se sabe. En este caso tienes dos opciones: integrar a tu equipo a alguien que sepa de big data y participe en el desarrollo de la idea o desechar la idea. 2. Definir el talento necesario Si has tenido una idea innovadora y tienes que formar equipo para desarrollarla, tienes que hacer el mapa de las áreas conocimiento funcional profundo que necesitarás. Una vez hecho el mapa, tendrás que buscar a las personas que formen parte de tu equipo que cubran las áreas de conocimiento que has definido. Por ejemplo: quieres desarrollar una herramienta de proceso inverso para conceder hipotecas a particulares basada en big data. Si hace el mapa de talento te darás cuenta de que para desarrollar tu solución deberás incluir a tu equipo un experto en big data, un experto en procesos hipotecarios, un desarrollador. Así que si vas a innovar en equipo, forma equipos multidisciplinares y multifuncionales y haz el mapa de talento de tu equipo para saber en qué áreas vais a poder desarrollar ideas basándote en vuestro conocimiento funcional cruzado. El capital intelectual y la innovación Una empresa líder en capital intelectual tenderá a dominar un mercado o un sector de actividad si estamos en un sistema de competencia perfecta. La base del capital intelectual de una empresa es la inteligencia de sus empleados, clientes y proveedores. Disponer del mapa de talento es una ventaja competitiva ya que te permite reconocer que recursos tiene la empresa disponible para innovar y que recursos debe conseguir. El mapa de talento tiene fuentes internas (bases de datos de recursos humanos, feedback 360º y externas a la propia empresa (Linkedin, Twitter). Trata de identificar el potencial de la gente, buscando que dicen los demás de una persona, que dice de sí mismo y cuál es su actitud. El capital intelectual de una empresa es la suma de tres factores:
El capital intelectual se incrementa o disminuye con el tiempo, mediante el estudio o capacitación y mediante el trabajo con clientes y proveedores. La perdida de capital intelectual se puede producir por cambios disruptivos en la industria (como pasó con Kodak con la aparición de la fotografía digital o en el caso de Nokia después del boom de los smartphones), por la pérdida de empleados clave (como en el caso de Yahoo como bien se ve en el gráfico abajo) o por la pérdida de motivación o de clientes esenciales. Por tanto conocer y medir el capital intelectual es un imperativo en la estrategia de innovación de una empresa.
El capital intelectual es la base de la innovación. Si no lo tienes dentro de tu organización alquílalo. El valor de una empresa es directamente proporcional al valor de su capital intelectual. ¡Cuídalo, es tu recurso más preciado! Cuando pensamos en innovación, muchos nos imaginamos a un grupo de personas juntas en una sala y haciendo una tormenta de ideas con la esperanza de encontrar una idea original. Sin embargo innovar es más que eso. Para innovar, o dicho de otra forma tener ideas originales que generan riqueza de forma sostenible, es imprescindible combinar dos elementos clave: capital intelectual y metodología: La innovación no es un golpe de suerte o una casualidad: solamente ocurre cuando un equipo de gente inteligente y con conocimiento funcional profundo y cruzado trabaja con metodología. El mundo ha cambiado. Vivimos en un mundo globalizado a nivel de individuo, donde ya no hay fronteras y en la que ya no sabes quién es tu competidor ni dónde está. Cada vez hay más gente capacitada y competimos a nivel global. Nuestro modelo de sociedad del bienestar basado en la emisión de deuda ya no es sostenible y la única forma de sostenibilidad es la creación de riqueza. En este contexto, ser una empresa líder o establecida en un sector estable ya no basta para sobrevivir. Cada vez hay más cambio, más competidores y la habilidad de cambiar y reinventarse es fundamental. Las empresas necesitan nuevo conocimiento para crecer y ser competitivas. Cuántas empresas, como Microsoft o Sony, se han quedado atrás siendo los líderes incontestables de su mercado durante muchos años. ¿Qué les paso? Algo muy sencillo: dejaron de tener el mejor capital intelectual. Las empresas ya no compiten entre sí, los que compiten en nuestra sociedad del conocimiento son los individuos. La ecuación es sencilla: si dejas de tener el mejor capital intelectual, dejas de ser el mejor. El valor de una compañía son los individuos, y sin capital intelectual, pierden su posición, no importa el sector o el producto. No importa que sea una gran farmacéutica, una empresa de tecnología, o una aseguradora: en la economía del conocimiento, las empresas que sobreviven son las que tienen el mejor talento frente a sus competidores (de cualquier lugar del planeta) y gracias a este talento son capaces de seguir innovando de forma disruptiva todos los días. La clave está en el capital intelectual: Quiere al diferente El nivel de diversidad permite una visión más amplia y la acumulación de conocimientos distintos. Es un elemento fundamental para construir sobre las ideas de los demás y cuanta más diversidad, más puntos de vista y más generación de nuevo conocimiento. Alquila inteligencia Muchas veces, los más inteligentes están fuera de los límites de la organización. Haz que los mejores trabajen para ti, la inteligencia atrae a la inteligencia. A largo plazo, una compañía buena es una compañía que tiene gente inteligente o sabe alquilar la inteligencia de la que está fuera para resolver problemas insolubles. |
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