Este mes hemos visto unos cuantos tips para innovar en equipo y hoy te los resumimos en este artículo para que los tengas todos a mano. Pincha en los títulos para ver el artículo que te interesa.
1. La innovación es sinónimo de equipo Hemos hablado en ocasiones anteriores de la importancia de querer al diferente en el desarrollo de las ideas. En general, esta máxima es cierta en todas las fases del proceso de innovación. Por una sencilla razón: la innovación es el resultado de la combinación de metodología y del conocimiento funcional cruzado. 2. Haz el mapa de talento En este post te hablamos del mapa de talento, ese gran ignorado y sin embargo fundamental cuando se trata de innovar. 3. Trabaja de forma asíncrona Trabajar en equipo de forma eficiente sin tener que hacer malabares para planificar reuniones o enviar cientos de emails es posible y se resuelve de una forma: el trabajo asíncrono. ¿Sabes en qué consiste? 4. Reparte y construye, no dividas Normalmente, trabajar en equipo implica que la suma del trabajo de los miembros del equipo permitirá realizar una tarea más compleja de manera más rápida y productiva. Pero en innovación no sirve dividir el trabajo en partes iguales. 5. Nutre el debate Cuando hablamos de ideas, hemos visto que la mejor manera de tener más ideas es estar al corriente de lo que pasa en el mundo, de las tendencias, de lo que hacen los demás y de lo que piensan los demás. Esto es especialmente relevante a la hora de trabajar en equipo y te contamos por qué. 6. Practica la escucha activa Cuando trabajas en equipo, o mejor dicho cuando se construye en equipo, sobre todo en un proyecto que requiere una reflexión común que sume valor a lo que ya se haya hecho, es fundamental practicar la escucha activa. 7. Construye sobre las ideas de los demás Es la base de la innovación y es un requerimiento para desarrollar un proyecto de innovación en equipo: la capacidad de construir sobre las ideas de los demás. 8. Dar y recibir feedback Feedback es una palabra que forma parte de nuestro día a día y que en muchas ocasiones utilizamos como sinónimo de crítica. En los equipos de innovación, el feedback es clave pero no de cualquier manera. 9. Tomar decisiones en equipo Tener una estrategia para tomar decisiones como equipo es vital cuando nos enfrentamos al desarrollo de un proyecto de innovación ya que se trata de una de las cosas que más tendremos debido a la naturaleza cambiante del mismo. Últimos consejos Trabajar en equipo es una de las habilidades más críticas en innovación y en muchas ocasiones forma parte de la ecuación que definirá el éxito o el fracaso de un proyecto. Por lo tanto es imprescindible que tú y tu equipo dediquéis tiempo en desarrollarla para lograr mejores resultados y más productividad como equipo. Contacta con nosotros si tienes dudas o quieres formarte en el desarrollo de la capacidad de innovar en equipo en [email protected]
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Tener una estrategia para tomar decisiones como equipo es vital cuando nos enfrentamos al desarrollo de un proyecto de innovación ya que se trata de una de las cosas que más tendremos debido a la naturaleza cambiante del mismo.
A lo largo del desarrollo de la idea, tendremos que desechar ideas, modificar otras, elegir entre varias alternativas, etc. y si hemos decidido cómo tomaremos las decisiones en equipo o no nos ponemos de acuerdo, lo más probable es que surjan conflictos a menudo entre los miembros del equipo y los avances del proyecto se vean afectados. No hay una estrategia mejor que otra para tomar decisiones en equipo, ni hay que elegir una sola que utilizaremos siempre. Pero sí es necesario pensar una o varias formas de hacerlo para que, cuando llegue el momento, el equipo no pierda el tiempo y la energía en debates o conflictos innecesarios. Algunas de estas estrategias pueden ser votando por mayoría, descartando las opciones que menos gustan hasta que solo quede una, llegar a un consenso rápido o dejándolo la decisión en manos de la(s) persona(s) que más conocimiento tengan del tema. No hay una forma mejor que otra ni una que valga para todas las tomas de decisiones. Normalmente, la toma de decisiones se hace más sencilla a medida que el equipo avanza en el desarrollo ya que los miembros del equipo se conocen mejor y han aprendido a funcionar como equipo. Sin embargo, si desde el principio el equipo tiene problemas para llegar a un consenso sobre como tomar decisiones grupales, es probable que ello genere conflictos o negatividad que pueden ser perjudiciales para la buena marcha del proyecto. Por tanto, llegar a un acuerdo con el equipo sobre la forma de tomar decisiones al inicio del proyecto en vez de esperar a enfrentarse a la primera toma de decisiones es importante para mejorar la eficacia del mismo y evitar situaciones tensas e innecesarias. Feedback es una palabra que forma parte de nuestro día a día y que en muchas ocasiones utilizamos como sinónimo de crítica. En los equipos de innovación, el feedback es clave pero no de cualquier manera.
Las ideas y proyectos de innovación requieren constantes iteraciones basadas en el feedback de compañeros, clientes, colaboradores, etc. Es una de sus particularidades: rara vez acabamos desarrollando e implementando la idea inicial, porque esta ha ido cambiando y enriqueciéndose gracias a la aportación de las personas a las que se la hemos enseñado en todo el proceso de construcción y desarrollo. El primero en aportar a la idea es el equipo que la desarrolla. Y para conseguir una aportación de valor por parte de los demás miembros del equipo, tenemos que aprender todos a dar y recibir feedback. El feedback NO es sinónimo de crítica Dar y recibir feedback NO es sinónimo de dar y recibir críticas. Todo lo contrario. El feedback debería aportar siempre un valor añadido. En caso contrario, no estamos dando o recibiendo feedback, estamos criticando o siendo criticados. Por tanto, el verdadero feedback y el que nos interesa utilizar en nuestro equipo es el que añade valor, tanto para el que lo da como para el que lo recibe. ¿Cómo dar o recibir feedback dentro de un equipo? Para dar feedback dentro de un equipo, hay unas reglas que podemos seguir para que nuestra opinión aporte valor: - Identificar áreas de mejora en vez de criticar: la crítica sin más no aporta ningún valor y por tanto se queda en una opinión personal que nos podemos ahorrar; - Aportar siempre una sugerencia de mejora: al identificar un área de mejora, nuestro comentario debe ir siempre acompañado de una sugerencia de mejora. Si no la tenemos, deberemos reflexionar para encontrarla antes de dar nuestro comentario; - Destacar los puntos fuertes: es fundamental saber identificar los puntos fuertes de la idea y comunicárselos al otro; - Ser concretos y específicos: no vale dar comentarios generales, debemos ser específicos y concretos tanto en el lenguaje como en el contenido para que nuestro comentario aporte valor; - Por último, y no menos importante, ser asertivo y cuidar el lenguaje para que nuestros comentarios sean bien recibidos. Para recibir feedback, es interesante tener en cuenta los siguientes puntos: - Recibir los comentarios con la mente abierta: es inevitable que en algún momento nos pueda parecer poco relevante lo que nos están diciendo. Recibir las sugerencias de mejora con la mente abierta y analizarlas es de gran ayuda para sacarles valor; - Hacer preguntas concretas: preguntar sobre cosas concretas para las que necesitamos que nos aporten comentarios es una forma muy efectiva de conseguir feedback valioso para avanzar en el proyecto; - Apuntar todo: anotar todos los comentarios que nos hacen, nos parezcan relevantes o no, es fundamental porque nos permitirá replantear y analizar el por qué de los mismos (todos los comentarios con una sugerencia de mejora son valiosos simplemente por el hecho de que alguien tiene ese punto de vista y por tanto debemos tomarlos en cuenta). Es la base de la innovación y es un requerimiento para desarrollar un proyecto de innovación en equipo: la capacidad de construir sobre las ideas de los demás.
La innovación resulta de la combinación del conocimiento funcional cruzado de las personas con una metodología. Y solamente ocurre si somos capaces de añadir valor y construir sobre lo que otros han ideado (sean de nuestro equipo o no). Desarrollar la capacidad de construir sobre las ideas de los demás es fundamental y en ocasiones no es tan sencillo. A la mayoría nos han enseñado que hay una sola respuesta correcta y tendemos a pensar que es la nuestra. Por tanto, cuando nos enfrentamos a un proyecto común, tendemos a intentar "corregir" lo que tenemos delante en vez de añadir valor. Innovar en equipo requiere de mucha humildad, generosidad, y empatía. Humildad porque debemos aceptar que no siempre tenemos la razón y que es probable que los demás tengan mejores ideas o más conocimiento que nosotros en muchos campos que no dominamos. Generosidad para compartir sin restricciones nuestros conocimientos y nuestra experiencia con los demás. Empatía para ser capaces de ponernos en los zapatos de los demás sabiendo que debido a su experiencia y sus conocimientos que difieren de los nuestros, es probable que vean las cosas desde una perspectiva muy distinta a la nuestra. Utilizando esas cualidades, seremos capaces de construir sobre las ideas de los demás desde nuestro conocimiento funcional propio. Añadir valor no es opinar sobre lo que nos cuentan sino aportar algo más a lo que tenemos delante. Cuando trabajas en equipo, o mejor dicho cuando se construye en equipo, sobre todo en un proyecto que requiere una reflexión común que sume valor a lo que ya se haya hecho, es fundamental practicar la escucha activa.
¿Qué es la escucha activa? Ya abordamos este tema en un post anterior. Básicamente se trata de centrar toda la atención a lo que nos dicen, no solamente a las palabras sino también al su significado y lo que subyace de ellas. Practicar la escucha activa requiere de un esfuerzo por nuestra parte para dejar de lado nuestras propias opiniones, preocupaciones, etc. para procesar y analizar lo que el otro está expresando (aunque según se va practicando y desarrollando esa habilidad cada vez nos es más natural), ¿Por qué es importante para innovar en equipo? Hemos comentado en ocasiones anteriores lo fundamental que es construir sobre las ideas de los demás en innovación. Además, también es necesario en muchas ocasiones llegar a un consenso a veces difícil porque si trabajamos en un equipo multidisciplinar es probable que también tengamos opiniones muy diversas sobre el proyecto que nos ocupa. Practicar la escucha activa y mantener la mente abierta nos ayudará a tomar decisiones y aportar valor sobre lo que piensan los demás miembros del equipo. Cuando hablamos de ideas, hemos visto que la mejor manera de tener más ideas es estar al corriente de lo que pasa en el mundo, de las tendencias, de lo que hacen los demás y de lo que piensan los demás. Esto es especialmente relevante a la hora de trabajar en equipo y te contamos por qué.
Cuando iniciamos el desarrollo de una idea innovadora con un equipo, solemos contar como punto de partida bien con el problema o reto que queremos resolver o con la idea inicial en sí. Si no contamos con uno de estos dos puntos de partida deberemos encontrarlos. Cuando nos ponemos a pensar sin más, lo normal es que no se nos ocurra nada y que entremos en una espiral que no nos deje ir más allá de lo que ya hemos pensado y que no nos convence. En nuestros programas y talleres nos encontramos a menudo con equipos que se "bloquean" porque ya no son capaces de producir más ideas o de salir de un bucle que no les lleva a ninguna parte. La solución que utilizamos como facilitadores para "desbloquear" a los equipos es nutrir el debate. ¿Qué significa nutrir el debate? Significa aportar nuevo conocimiento al equipo para abrir la mente y los horizontes. Se puede hacer: - buscando ejemplos de innovaciones en el sector que nos interesa o con la tendencia que queremos desarrollar - investigando lo que los demás hacen en áreas o sectores parecidos - leyendo sobre tendencias y en general sobre todos los temas relacionados con nuestro reto / problema o nuestra idea - hablando con personas externas al equipo del tema que os ocupa - etc. Es fundamental nutrir el debate durante todo el proceso de desarrollo de la idea (no solamente al principio) porque eso es lo que nos permite seguir teniendo ideas para construir y aportar nuevo conocimiento de manera continua al equipo, y por lo tanto enriquecer el trabajo de construcción de nuestra solución. Así que ya sabes, no dejes de buscar y aportar conocimiento nuevo al equipo (tendencias, mejores prácticas, innovaciones similares, …) para alimentar el debate y enriquecer la idea. Normalmente, trabajar en equipo implica que la suma del trabajo de los miembros del equipo permitirá realizar una tarea más compleja de manera más rápida y productiva. Pero en innovación no sirve dividir el trabajo en partes iguales. Te contamos por qué y cómo aprovechar las fortalezas de todos los miembros del equipo.
El trabajo en equipo debería simplificarnos la vida y sin embargo muchas veces nos puede llegar a ocasionar dolores de cabeza por distintos motivos. Uno de ellos es las tareas que cada uno va a realizar y su división entre los miembros del equipo. En muchas ocasiones, algún miembro del equipo se ve obligado a revisar o a efectuar parte del trabajo de otros y puede llegar a generar frustración, conflictos o un mal funcionamiento del equipo. En innovación, hay una regla fundamental para trabajar en equipo: aprovechar el conocimiento y las habilidades de cada uno de los miembros del equipo para construir juntos. En la práctica, esto quiere decir que en vez de dividir el trabajo a partes iguales entre todos y juntar las partes en un una sola pieza, lo más interesante es repartir en función de los conocimientos y las habilidades de cada uno y construir juntos sobre el trabajo de cada uno. Y eso solamente se consigue si hemos hecho el mapa de talento de nuestro equipo. Por ejemplo, si un equipo formado por un abogado, un informático experto en big data y un experto en procesos está desarrollando una propuesta innovadora para pacientes y centros de salud, en vez de dividir las tareas, deberán intentar apoyarse en el conocimiento de cada uno para avanzar y construir juntos. El abogado podrá investigar los posibles obstáculos legales en materia de recomendaciones de medicamentos, efectos secundarios o protección de datos de los pacientes mientras el informático se centrará en cómo obtener los datos necesarios para desarrollar la solución y el experto en procesos analizará los procesos existentes y la mejor forma de agilizarlos. El equipo compartirá el conocimiento adquirido y las ideas con el resto para que puedan construir juntos a partir de allí. Hay varios motivos por los cuales es importante proceder de esa manera: - El resto del equipo adquirirá conocimientos nuevos sin "sufrir" investigando temas que no conocen de primera mano; - El conjunto del equipo retendrá el conocimiento y la generación de valor será mayor para todos; - La motivación de los miembros del equipo se mantendrá alta al construir sobre temas de su campo de conocimiento y la satisfacción será mayor al sentir que la aportación de cada uno es especialmente relevante; - La solución desarrollada se basará en el conocimiento funcional cruzado de los miembros del equipo y por tanto tendrá más posibilidades de ser ejecutable e innovadora. La parte más importante del trabajo en equipo en el desarrollo de una idea innovadora tiene que ser construir sobre las ideas de los demás. Si no lo haces y divides las tareas a partes iguales sin generar nuevo conocimiento para todos, no estarás construyendo en equipo y por lo tanto no podrás innovar. Hoy te vamos a hablar del mapa de talento, ese gran ignorado y sin embargo fundamental cuando se trata de innovar.
¿Qué es un mapa de talento? El mapa de talento hace referencia al conocimiento funcional profundo de las personas del equipo, es decir las habilidades y conocimientos de cada persona que conforman el equipo, en las que es especialista. Por lo general tendemos a definir nuestro conocimiento en función de nuestro puesto de trabajo y cuando nos preguntan de qué sabemos nuestra respuesta suele ser: soy comercial, gestor de proyectos, abogado, ... cuando en realidad nuestra actividad actual no tiene por qué definir nuestro conocimiento funcional profundo. Por ejemplo, si un traductor trabaja de gestor de proyectos en una empresa de recursos humanos, es probable que además de tener conocimientos de recursos humanos, tenga un conocimiento funcional profundo de idiomas, traducción, herramientas de traducción asistida, etc. Otro ejemplo: un comercial en una empresa de telefonía es músico y apasionado de guitarras. Dedica gran parte de su tiempo libre a customizar guitarras eléctricas. Es probable que tenga un conocimiento funcional profundo de cómo montar el sistema eléctrico de una guitarra, de las maderas que se utilizan y cómo suenan, de cómo pintar y lacar una guitarra, etc. Es fundamental saber cuál es nuestro conocimiento funcional porque es el que nos va a permitir enriquecer una propuesta innovadora cuando estamos frente a un reto. Se construye sobre lo que se sabe. Si no tenemos un dominio del tema en el que queremos innovar, tendremos que alquilar inteligencia, bien incluyendo a alguien con ese conocimiento o bien adquiriendo el conocimiento necesario consultando un experto. ¿Cómo y cuándo hacer el mapa de talento? En innovación, hay dos maneras de hacer el mapa de talento: 1. Definir el talento disponible Si quieres innovar con un equipo ya formado, antes de iniciar la fase de ideación, tienes que hacer el mapa de talento de tu equipo. Es decir, necesitas tener una visión clara del conocimiento funcional del que dispones en el equipo para basar la solución que vayas a generar en ese conocimiento. Si el core de tu solución (el sitio donde vas a crear valor) requiere tener conocimientos en áreas para las que no dispones del talento dentro de tu equipo, tendrás que buscar otra solución. Delegar las áreas de creación de valor a un tercero (persona o empresa) que está fuera de tu equipo no te permitirá retener el conocimiento y por tanto no te va a generar valor sostenible. Pongamos un ejemplo: has decidido crear una solución innovadora basada en big data pero no tienes a nadie en tu equipo que tenga conocimiento profundo de big data. No tiene sentido. Se innova sobre lo que se sabe. En este caso tienes dos opciones: integrar a tu equipo a alguien que sepa de big data y participe en el desarrollo de la idea o desechar la idea. 2. Definir el talento necesario Si has tenido una idea innovadora y tienes que formar equipo para desarrollarla, tienes que hacer el mapa de las áreas conocimiento funcional profundo que necesitarás. Una vez hecho el mapa, tendrás que buscar a las personas que formen parte de tu equipo que cubran las áreas de conocimiento que has definido. Por ejemplo: quieres desarrollar una herramienta de proceso inverso para conceder hipotecas a particulares basada en big data. Si hace el mapa de talento te darás cuenta de que para desarrollar tu solución deberás incluir a tu equipo un experto en big data, un experto en procesos hipotecarios, un desarrollador. Así que si vas a innovar en equipo, forma equipos multidisciplinares y multifuncionales y haz el mapa de talento de tu equipo para saber en qué áreas vais a poder desarrollar ideas basándote en vuestro conocimiento funcional cruzado. Hemos hablado en ocasiones anteriores de la importancia de querer al diferente en el desarrollo de las ideas. En general, esta máxima es cierta en todas las fases del proceso de innovación. Por una sencilla razón: la innovación es el resultado de la combinación de metodología y del conocimiento funcional cruzado. Y te vamos a explicar por qué.
¿Por qué nos cuesta tanto innovar al principio? Trabajar en un proyecto de innovación es un proceso radicalmente distinto del resto de procesos a los que estamos acostumbrados y para los que nos han "programado". En la fase de ideación, requiere compartir las ideas, construir sobre las ideas de los demás y aceptar que no siempre tenemos la razón sino que las distintas perspectivas y por tanto los desacuerdos son los que enriquecen el proceso. Nos exige definir una propuesta de valor poniéndonos en la piel del cliente y probarla mediante un prototipo antes de que hayamos terminado de definir la solución completa. No valen las presentaciones teóricas brillantes y prometedoras, la innovación se debe poder tocar, probar, modificar, enriquecer durante el proceso. Cuando trabajamos en un proyecto de innovación no podemos hacer previsiones a largo plazo o basarnos en proyectos similares para estimar costes y beneficios, por la sencilla razón que una solución innovadora suele ser novedosa y no conocemos la respuesta que va a tener nuestro público objetivo. El proceso en sí es una serie de pruebas, hipótesis, iteraciones, aprendizajes, etc. Por eso es tan adictivo y apasionante. Sin embargo hay dos cosas que sí podemos controlar: La metodología que vamos a utilizar y el capital intelectual del que disponemos. La base de la innovación reside en la asociación de varias personas con conocimientos funcionales distintos que mediante una metodología, comparten ese conocimiento y construyen juntas. Eso que llamamos "conocimiento funcional cruzado". Por ejemplo, si queremos desarrollar una solución de aprobación de hipotecas mediante un proceso inverso con big data, necesitaremos en el equipo un programador, un experto en big data, un experto en banca y procesos hipotecarios, etc. que trabajen juntos para construir la solución sobre el conocimiento funcional de cada uno de ellos. Aprender a innovar en equipo Todos hemos trabajado en equipo y aunque cada uno tiene mejores o peores habilidades o disposición para hacerlo, tenemos más o menos claro lo que aporta y lo que supone. Pero en innovación, las habilidades que supone el trabajo en equipo son distintas y se deben adquirir cuanto antes para que el resultado sea el mejor posible. Este mes, hablaremos de estas habilidades y te daremos tips para que tu trabajo con un equipo de innovación sea más productivo, más eficiente y por tanto más satisfactorio. |
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