Tienes tu idea, tu propuesta de valor y estás preparado para empezar a construir tu prototipo. ¿Sabes qué elementos tiene que tener tu prototipo? 1. Tu prototipo tiene que ser visual y poder "tocarse" El prototipo debe reflejar la experiencia del usuario al utilizar tu producto/servicio y para eso la persona que lo vea y lo pruebe debe poder "jugar" con él. No importa si se trata de una aplicación móvil o una prenda con un nuevo tipo de cierre, el potencial cliente o inversor debe poder experimentar con el producto o servicio, vivir la experiencia que tendría el usuario final. No es lo mismo jugar con un prototipo que escuchar una presentación de producto/servicio basada en un powerpoint. 2. Tu prototipo debe tener las funcionalidades básicas de tu idea No te compliques en perfeccionar tu prototipo con mil funcionalidades. Si has definido bien tu propuesta de valor, sabes exactamente dónde está el valor real de tu idea y deberías centrarte en eso. Ya tendrás tiempo de añadir funcionalidades más adelante según vayas modificando tu idea en base al feedback recibido. Céntrate en el valor y en las funcionalidades básicas. 3. Tu prototipo debe ser sencillo No añadas mil detalles a tu prototipo, no necesitas que sea exactamente como el producto/servicio final, lo que necesitas es la experiencia del potencial cliente y su feedback. Si te pierdes en los detalles, la apariencia, la estética, etc. perderás dinero y un tiempo valioso para obtener feedback cuanto antes. De nuevo, céntrate en el valor. Es cierto que en algunas ocasiones el diseño es importante pero estas son las que menos. 4.Tu prototipo debe incluir casos de uso Tanto si es una simulación de un servicio o un producto, a no ser que sea un objeto tangible, incluye en tu prototipo al menos un par de casos de uso. Imagina cómo lo utilizaría tus usuarios objetivo y asegúrate de que quede reflejado en el prototipo. Sin embargo, mantén la mente abierta y cuando lo enseñes y fíjate en los posibles usos que no habías planteado: ¡puede que el valor de tu idea esté en usos que no habías imaginado! Te dejamos un par de ejemplos de prototipos para ilustrar los puntos que acabamos de ver: DROPBOX: GREENBOX: Recuerda, lo importante es enseñar un prototipo de tu idea para desechar o validar hipótesis y para obtener feedback y nuevas ideas que te ayuden a mejorar la tuya, para determinar si una funcionalidad es clave o para ver si la usabilidad es la que pensamos. Y lo más importante: es probable que tengas que hacer muchas versiones de tu prototipo hasta llegar a tu idea final así que ¡disfruta del proceso!
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Tienes una idea brillante y ahora solo te queda construirla y vendérsela a tus potenciales clientes. Parece sencillo, ¿verdad? Como ya hemos comentado, lo ideal para empezar a construir una idea y venderla es construir un prototipo de la misma y enseñárselo a tus potenciales clientes e inversores. Antes de empezar a construir tu prototipo, hay un paso previo que no debes saltarte: definir la propuesta de valor de tu idea. ¿Qué es la propuesta de valor?
No es lo mismo decirle a un cliente: "Soy el mejor asesor financiero del mercado" a "Te voy a hacer ahorrar/ ganar mucho dinero asesorándote". Lo primero es un eslogan y lo segundo es una propuesta de valor. Tener una propuesta de valor es tener claro lo que ofreces a tus clientes y por qué crea valor para ellos: tienes que ser capaz de contestar a la pregunta siguiente: ¿Por qué te voy a comprar (o seguir usando) tu producto/servicio? No debería dirigirse a todo el mundo. Al contrario, una buena propuesta de valor es atractiva y efectiva para un público objetivo definido. Una propuesta de valor NO es:
¿Cómo definir tu propuesta de valor? 1. .Define tu target Específica el cliente o grupo objetivo de la manera más concreta posible y sus problemas de la manera más clara y potente que puedas. ¿Quién te va a comprar el producto o servicio? En muchas ocasiones cometemos el error de querer abarcar a todo el mundo. 2. Define qué ofreces La propuesta de valor tiene que dejar claro lo que haces y los beneficios de lo que ofreces para el cliente. Escribe cómo que tu producto o servicio ayuda a tus cliente, es un ejercicio que te ayudará a encontrar las áreas dónde tu propuesta es distinta de las demás. 3. Define el valor de lo que ofreces Tienes que ser capaz de encontrar en qué lo que ofreces es único. Para ello también tienes que saber quiénes son tus competidores y qué ofrecen. Tener el mejor producto o servicio o el mejor servicio de atención al cliente no es suficiente para destacar. Dedica un momento a encontrar lo que tu producto o servicio ofrece a tu cliente objetivo que los demás no hacen. Una vez que tengas clara tu propuesta de valor, es hora de empezar a construir el prototipo. La semana pasada os contábamos por qué el design thinking es una metodología muy relevante para la innovación. En este artículo, repasaremos los 5 pasos del design thinking que son la base de la metodología y son los que nos permiten avanzar en el diseño de nuestras soluciones desde la perspectiva del cliente. Cada paso cuenta con una variedad de técnicas, dinámicas y herramientas que elegiremos/adaptaremos a las necesidades del proyecto en el que estamos trabajando. PRIMER PASO: EMPATIZAR El primer paso que debemos dar para saber qué necesita un consumidor/cliente es conocerlo. No es suficiente hacer estudios de mercado o realizar entrevistas, es necesario profundizar en esta relación. De esa forma, conseguiremos conocer las verdaderas motivaciones personales de nuestro cliente y entendiéndolas y haciéndolas nuestras, conseguiremos acertar en el resto del proceso creativo. Para este primer paso, una herramienta que nos gusta especialmente por su sencillez y los resultados que consigue es el mapa de empatía, aunque existen muchas otras herramientas a nuestra disposición. El mapa de empatía es una herramienta que nos permite pasar de segmentos de clientes a personas, para conseguir una mejor comprensión de quiénes son los clientes y su entorno, en qué emplean el tiempo, cuál es la propuesta de valor que esperan de nosotros y cuánto están dispuestos a gastar por ella, qué tipo de relación están dispuestos a establecer y a través de qué canales, y qué influye en su comportamiento, entre otras cosas. SEGUNDO PASO: DEFINIR El segundo paso una vez hayamos entendido a nuestro cliente es el de definir el problema y centrar nuestro objetivo. La información que hayamos conseguido con el primer paso nos ayudará a enfocar el trabajo desde una y otra perspectiva y dónde está el valor y los obstáculos. Tanto si queremos lanzar un nuevo producto o resolver un reto interno, esta fase ayuda a focalizar en los retos concretos para los que buscaremos una solución innovadora. Para este segundo paso nosotros solemos utilizar en los programas y talleres el canvas de propuesta de valor (value proposition canvas) porque es una herramienta que ayuda a definir el problema que estamos intentando solucionar y hacer un análisis más extenso de quién es nuestro cliente, sus hábitos, qué problemas reales tiene y qué beneficios consigue al consumir nuestros productos. TERCER PASO: IDEAR El siguiente paso una vez que hayamos identificado el cliente con sus problemas, hábitos y necesidades es empezar a pensar en soluciones. En este paso es fundamental tener la mente abierta y olvidarnos de nuestras reticencias porque, aunque algunas cosas nos resulten sorprendentes, el proceso de design thinking es lo que nos va a ayudar a salir de la zona de confort que siempre nos lleva a proponer las mismas soluciones o estrategias. La innovación no es un proceso fácil u obvio, ya que nos obliga a tener una visión abierta y apostar por soluciones diferentes. Tenemos que aceptar que todos los puntos de vista son válidos y posteriormente agrupar, ordenar y más adelante descartar las ideas que no solucionen nuestro problema. Hay muchísimas herramientas de ideación, desde las tormentas de ideas hasta la ideación en base a preguntas. En APR solemos utilizar una técnica de ideación en base a preguntas difíciles que, con un facilitador experimentado, permite aprovechar el conocimiento funcional de las personas para encontrar soluciones diferentes, originales y rompedoras. CUARTO PASO: CONSTRUIR EL PROTOTIPO Este paso del proceso de design thinking es vital porque es el que nos permite convertir las ideas en algo tangible, construir sobre la inteligencia y el conocimiento funcional de los demás y plasmar nuestras ideas en algo concreto y que se puede “tocar”. Los prototipos son una herramienta potente e imprescindible en innovación. Hay muchas maneras de hacer prototipos y existen una multitud de herramientas a nuestra disposición que se adaptan cada una a unas necesidades concretas. En otro artículo nos detendremos en algunas de ellas. Lo fundamental de este paso, sea cual sea la herramienta que utilicemos, es tener un prototipo que podamos enseñar a nuestros clientes/potenciales clientes para validar nuestra solución. QUINTO PASO: EVALUAR El último paso del design thinking y por regla general del proceso de innovación es el de enseñar nuestro prototipo a los clientes para comprobar si realmente necesitan lo que estamos ofreciendo, si resolvemos su problema y si estarían dispuestos a pagar por nuestra solución. Hasta que no hayamos enseñado nuestro prototipo, saber si nuestra propuesta de valor o solución es acertada se quedará en una hipótesis. Necesitamos la opinión de los clientes y cuanto más feedback mejor enfocaremos nuestra propuesta. A menudo el feedback que nos den nuestros clientes no será que esperábamos y eso no es algo negativo porque nos puede servir para darnos cuenta de que hemos planteado mal la propuesta de valor y necesitamos redefinir mejor la misma. Este paso también sirve con potenciales inversores y compañeros para comprobar que la propuesta se entiende, tiene sentido y convence. Si tienes interés en saber cómo aplicamos el design thinking y otras metodologías en nuestros programas y talleres o en aprender a utilizar estas herramientas, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y pedirnos información adicional escribiendo a info@aprendeapensaralreves.com. _La función principal del marketing es encontrar vías de comunicación para que los clientes, inversores, partners y empleados ‘compren’ la propuesta de valor de la empresa. El marketing soft tiene un componente emocional ya que busca la implicación del que lo está viendo. Permite y fomenta que se comparta con otros, es viral. La propuesta de valor es clarísima, sencilla y sostenible, . Y el ‘cliente’ le suele sacar valores adicionales nuevos, en los que el autor no había pensado. En Suecia el artista Erik Johansson dentro de una jornada llamada Adobe Creative Days , realiza este experimento que es un ejemplo de nuevos caminos para hacer marketing, personalización extrema, un lugar público y móvil en la mano para inmortalizar el momento. ¿Y tú, qué tipo marketing haces?
Una de las cosas que más nos llaman la atención en los programas y workshops que hacemos con las empresas es la dificultad que encuentran los equipos a la hora de presentar sus proyectos a clientes, potenciales inversores y al resto de participantes: Gente preparadísima con un nivel muy alto de conocimiento que han ideado y creado unos prototipos disruptivos y con grandes posibilidades de éxito pero que no acaban de conseguir explicar y vender sus ideas. Y el problema no reside en habilidades de oratoria, porque en general todos se desenvuelven muy bien frente a un público. Sorprendente… o no tanto. Todos hemos oído hablar del famoso “elevator speech” pero pocos conseguimos ponerlo en práctica. Porque nos olvidamos de lo más importante: No se trata de presentar un proyecto o una idea, se trata de vender. Y para vender, el elemento fundamental que tenemos que tener claro y exponer a la persona que tenemos en frente es nuestra propuesta de valor: ese elemento que le ofrecemos al cliente, potencial cliente o inversor que hará que nos compre la idea. La respuesta a la pregunta: “¿Qué hay para mí?”. Si la propuesta de valor es buena, clara y concisa, convencer a la persona a la que tenemos en frente será sencillo. Si hay una empresa que supo entender y aprovechar mejor que nadie el poder de las redes sociales para el marketing viral ligado a la innovación, esa es Greenbox. Este fue el vídeo que lanzó su negocio: Gracias a este vídeo, consiguieron que las grandes compañías de distribución de pizza y sus consumidores demandaran su producto de forma masiva. ¿Cómo lo hicieron? Mandaron un tweet con el vídeo a un cantante famoso con 7 millones de seguidores en Twitter, le gustó la caja y lo retuiteó a sus seguidores. Así de sencillo. Empezó a sonar el teléfono y el resto es historia. Este es su vídeo de demo actual: ¿Cuál fue la innovación y lo que hizo que funcionara su estrategia? Al fin y al cabo, no dejaban de ser unos tíos haciendo papiroflexia en casa de su madre y que se grabaron en un vídeo casero. O eso es lo que parece… Al principio del primer vídeo, se puede escuchar el número de patente de la caja: registraron una patente para asegurar que nadie les copiara la caja. No lanzaron su caja a las redes sociales sin más, se centraron en la gente con influencia en twitter y dieron con el al que le gustó su idea. Hicieron un prototipo: un vídeo cortísimo y visual en el que se entendía perfectamente el producto. Y ante todo: tenían una propuesta de valor clara, corta y sencilla y que dejaba claro lo que iba a aportar al consumidor. La innovación está en todas partes y te cambia la vida. Aprende a pensar al revés. Como curiosidad, este es el vídeo de telepizza de promoción de su Greenbox: |
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