Cuando hablamos de ideas, hemos visto que la mejor manera de tener más ideas es estar al corriente de lo que pasa en el mundo, de las tendencias, de lo que hacen los demás y de lo que piensan los demás. Esto es especialmente relevante a la hora de trabajar en equipo y te contamos por qué.
Cuando iniciamos el desarrollo de una idea innovadora con un equipo, solemos contar como punto de partida bien con el problema o reto que queremos resolver o con la idea inicial en sí. Si no contamos con uno de estos dos puntos de partida deberemos encontrarlos. Cuando nos ponemos a pensar sin más, lo normal es que no se nos ocurra nada y que entremos en una espiral que no nos deje ir más allá de lo que ya hemos pensado y que no nos convence. En nuestros programas y talleres nos encontramos a menudo con equipos que se "bloquean" porque ya no son capaces de producir más ideas o de salir de un bucle que no les lleva a ninguna parte. La solución que utilizamos como facilitadores para "desbloquear" a los equipos es nutrir el debate. ¿Qué significa nutrir el debate? Significa aportar nuevo conocimiento al equipo para abrir la mente y los horizontes. Se puede hacer: - buscando ejemplos de innovaciones en el sector que nos interesa o con la tendencia que queremos desarrollar - investigando lo que los demás hacen en áreas o sectores parecidos - leyendo sobre tendencias y en general sobre todos los temas relacionados con nuestro reto / problema o nuestra idea - hablando con personas externas al equipo del tema que os ocupa - etc. Es fundamental nutrir el debate durante todo el proceso de desarrollo de la idea (no solamente al principio) porque eso es lo que nos permite seguir teniendo ideas para construir y aportar nuevo conocimiento de manera continua al equipo, y por lo tanto enriquecer el trabajo de construcción de nuestra solución. Así que ya sabes, no dejes de buscar y aportar conocimiento nuevo al equipo (tendencias, mejores prácticas, innovaciones similares, …) para alimentar el debate y enriquecer la idea.
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Normalmente, trabajar en equipo implica que la suma del trabajo de los miembros del equipo permitirá realizar una tarea más compleja de manera más rápida y productiva. Pero en innovación no sirve dividir el trabajo en partes iguales. Te contamos por qué y cómo aprovechar las fortalezas de todos los miembros del equipo.
El trabajo en equipo debería simplificarnos la vida y sin embargo muchas veces nos puede llegar a ocasionar dolores de cabeza por distintos motivos. Uno de ellos es las tareas que cada uno va a realizar y su división entre los miembros del equipo. En muchas ocasiones, algún miembro del equipo se ve obligado a revisar o a efectuar parte del trabajo de otros y puede llegar a generar frustración, conflictos o un mal funcionamiento del equipo. En innovación, hay una regla fundamental para trabajar en equipo: aprovechar el conocimiento y las habilidades de cada uno de los miembros del equipo para construir juntos. En la práctica, esto quiere decir que en vez de dividir el trabajo a partes iguales entre todos y juntar las partes en un una sola pieza, lo más interesante es repartir en función de los conocimientos y las habilidades de cada uno y construir juntos sobre el trabajo de cada uno. Y eso solamente se consigue si hemos hecho el mapa de talento de nuestro equipo. Por ejemplo, si un equipo formado por un abogado, un informático experto en big data y un experto en procesos está desarrollando una propuesta innovadora para pacientes y centros de salud, en vez de dividir las tareas, deberán intentar apoyarse en el conocimiento de cada uno para avanzar y construir juntos. El abogado podrá investigar los posibles obstáculos legales en materia de recomendaciones de medicamentos, efectos secundarios o protección de datos de los pacientes mientras el informático se centrará en cómo obtener los datos necesarios para desarrollar la solución y el experto en procesos analizará los procesos existentes y la mejor forma de agilizarlos. El equipo compartirá el conocimiento adquirido y las ideas con el resto para que puedan construir juntos a partir de allí. Hay varios motivos por los cuales es importante proceder de esa manera: - El resto del equipo adquirirá conocimientos nuevos sin "sufrir" investigando temas que no conocen de primera mano; - El conjunto del equipo retendrá el conocimiento y la generación de valor será mayor para todos; - La motivación de los miembros del equipo se mantendrá alta al construir sobre temas de su campo de conocimiento y la satisfacción será mayor al sentir que la aportación de cada uno es especialmente relevante; - La solución desarrollada se basará en el conocimiento funcional cruzado de los miembros del equipo y por tanto tendrá más posibilidades de ser ejecutable e innovadora. La parte más importante del trabajo en equipo en el desarrollo de una idea innovadora tiene que ser construir sobre las ideas de los demás. Si no lo haces y divides las tareas a partes iguales sin generar nuevo conocimiento para todos, no estarás construyendo en equipo y por lo tanto no podrás innovar. Hoy te vamos a hablar del mapa de talento, ese gran ignorado y sin embargo fundamental cuando se trata de innovar.
¿Qué es un mapa de talento? El mapa de talento hace referencia al conocimiento funcional profundo de las personas del equipo, es decir las habilidades y conocimientos de cada persona que conforman el equipo, en las que es especialista. Por lo general tendemos a definir nuestro conocimiento en función de nuestro puesto de trabajo y cuando nos preguntan de qué sabemos nuestra respuesta suele ser: soy comercial, gestor de proyectos, abogado, ... cuando en realidad nuestra actividad actual no tiene por qué definir nuestro conocimiento funcional profundo. Por ejemplo, si un traductor trabaja de gestor de proyectos en una empresa de recursos humanos, es probable que además de tener conocimientos de recursos humanos, tenga un conocimiento funcional profundo de idiomas, traducción, herramientas de traducción asistida, etc. Otro ejemplo: un comercial en una empresa de telefonía es músico y apasionado de guitarras. Dedica gran parte de su tiempo libre a customizar guitarras eléctricas. Es probable que tenga un conocimiento funcional profundo de cómo montar el sistema eléctrico de una guitarra, de las maderas que se utilizan y cómo suenan, de cómo pintar y lacar una guitarra, etc. Es fundamental saber cuál es nuestro conocimiento funcional porque es el que nos va a permitir enriquecer una propuesta innovadora cuando estamos frente a un reto. Se construye sobre lo que se sabe. Si no tenemos un dominio del tema en el que queremos innovar, tendremos que alquilar inteligencia, bien incluyendo a alguien con ese conocimiento o bien adquiriendo el conocimiento necesario consultando un experto. ¿Cómo y cuándo hacer el mapa de talento? En innovación, hay dos maneras de hacer el mapa de talento: 1. Definir el talento disponible Si quieres innovar con un equipo ya formado, antes de iniciar la fase de ideación, tienes que hacer el mapa de talento de tu equipo. Es decir, necesitas tener una visión clara del conocimiento funcional del que dispones en el equipo para basar la solución que vayas a generar en ese conocimiento. Si el core de tu solución (el sitio donde vas a crear valor) requiere tener conocimientos en áreas para las que no dispones del talento dentro de tu equipo, tendrás que buscar otra solución. Delegar las áreas de creación de valor a un tercero (persona o empresa) que está fuera de tu equipo no te permitirá retener el conocimiento y por tanto no te va a generar valor sostenible. Pongamos un ejemplo: has decidido crear una solución innovadora basada en big data pero no tienes a nadie en tu equipo que tenga conocimiento profundo de big data. No tiene sentido. Se innova sobre lo que se sabe. En este caso tienes dos opciones: integrar a tu equipo a alguien que sepa de big data y participe en el desarrollo de la idea o desechar la idea. 2. Definir el talento necesario Si has tenido una idea innovadora y tienes que formar equipo para desarrollarla, tienes que hacer el mapa de las áreas conocimiento funcional profundo que necesitarás. Una vez hecho el mapa, tendrás que buscar a las personas que formen parte de tu equipo que cubran las áreas de conocimiento que has definido. Por ejemplo: quieres desarrollar una herramienta de proceso inverso para conceder hipotecas a particulares basada en big data. Si hace el mapa de talento te darás cuenta de que para desarrollar tu solución deberás incluir a tu equipo un experto en big data, un experto en procesos hipotecarios, un desarrollador. Así que si vas a innovar en equipo, forma equipos multidisciplinares y multifuncionales y haz el mapa de talento de tu equipo para saber en qué áreas vais a poder desarrollar ideas basándote en vuestro conocimiento funcional cruzado. ¿Te has preguntado alguna vez si dentro de 20 o 30 años seguirá existiendo lo que haces actualmente? Si la respuesta es sí, quizás te interese seguir leyendo. Si la respuesta es no, no te molestes en seguir adelante, avisado estás! Hace 20 años cuando todavía vivíamos en la era analógica, alguien me preguntó si creía que el teléfono móvil iba a cambiar algo la vida de las personas. Yo trabajaba en Vodafone España y estábamos descubriendo el cambio del teléfono fijo por el móvil. Por aquel entonces Nokia era el “Great Place to work” de la época, y el modelo 3310 se convirtió en el primer móvil de toda una generación de españoles. Quien nos iba a decir 20 años después que Nokia se ha convertido en una empresa de saldo, y que hoy día la idea de salir de casa sin tu smart-phone genera instantáneamente un sentimiento de incomunicación, de desconexión... no hablamos, del momento pánico total si descubres que esa actualización programada ha conseguido dejarte el sistema operativo frito y sin posibilidad de recuperación. A estas alturas de la vida profesional yo creo que cada vez somos más conscientes de la revolución tecnológica y social en la que estamos y la que se avecina, y cómo de rápido va a ser este cambio, sobre todo para las futuras generaciones que dentro de unos años van a copar el mercado laboral. ¿Cómo evitar convertirnos en futuros profesionales tipo Nokia 1610, es decir, en un “clásico” pasado de moda y fuera del mercado desde hace algunos años? ¿A qué deberíamos estar atentos? En líneas generales, hay varias tendencias que no deberíamos de obviar: 1. Múltiples cambios profesionales, serán la norma. Cada vez más gente trabajará asociada a proyectos concretos y no a puestos/organizaciones. Esto implicará que como profesionales, vamos a estar sujetos a un aprendizaje y una adaptación al cambio continuo, donde se valorará la capacidad de saltar de proyectos a otros en función de la rapidez para adquirir nuevos conocimientos. Tip 1: intenta valorar, en la medida en que tu situación te lo permita, lo que te va a aportar el puesto en el que estés y no des tanto peso al nombre de la compañía. Muchas veces los grandes proyectos no están necesariamente en las grandes empresas del IBEX. Maximiza tu aprendizaje, y valora lo que no te aporta valor para centrarte en lo que sí. 2. El mercado laboral cada vez será más especializado. Las compañías van a requerir gente que aporte valor, soluciones… por lo que, de aquí en adelante se prevé que muchos trabajos considerados “transaccionales” tiendan a automatizarse. Como profesionales tenemos que ser conscientes de la importancia de estar continuamente aprendiendo y formándonos en nuevas temáticas, y está será la clave de la diferenciación entre “los buenos” y “los mejores”. Tip 2: intenta, siempre que puedas, meter la cabeza en proyectos, equipos, que supongan un reto, que sean complejos y sal de tu área de confort. Arriésgate y asume tus propios retos, no te quedes esperando a que alguien decida por ti. 3. Viviremos más y estaremos activos más tiempo. Este punto es interesante, porque lo que se avecina en el futuro es que se acabó pensar en el momento de jubilarte; será muy difícil poder hacerlo desde el punto de vista económico. Como además llegaremos a esa tercera edad en condiciones óptimas, nos permitirá poder plantear posiblemente esa etapa como una nueva etapa profesional. Lynda Gratton, en su libro “The 100 year life” anticipa ya algunas tendencias muy interesantes en esta línea. Tip 3: identifica en que momento estás de tu vida profesional y párate a pensar. Qué es lo siguiente? Qué te aporta? Que aportas tú? 4. La importancia de los intangibles. En un futurible entorno en donde vamos a vivir más, en mejores condiciones y con un panorama laboral en donde se van a poder redefinir las carreras en función de los proyectos profesionales, la importancia de las relaciones humanas, tener momentos para pensar y desconectar de calidad, y tiempo para invertir en lo que quieras, se convierte en clave. Tip 4: invierte en ti siempre que puedas. Dedícate tiempo, dedícaselo a otros, y balancea tu vida. Haz Yoga y deja las pesas! Si somos capaces de ver todo esto como una tremenda oportunidad y nos subimos a esa “ola” de cambio, en vez de ignorarlo y fallar a la hora de prepararnos, estaremos liderando y decidiendo como queremos que sea nuestro futuro. Y cuando te surjan dudas, acuérdate del Nokia 3310, todo un clásico: SOBRE EL AUTOR:
A todos nos gustaría pensar que somos los más cualificados en nuestro campo y que se nos ocurren las mejores ideas pero la realidad es que siempre habrá gente que sepa más que nosotros. ¿Podemos aprovechar el talento de los demás?
Aprendemos todos los días y gracias a ello avanzamos, nos formamos y nos especializamos. Y lo hacemos adquiriendo nuevo conocimiento y acumulando experiencia. Pero también aprendemos del talento y el capital intelectual de los demás. Sea cual sea tu campo de interés o actividad profesional, seguramente ya sigues a personas que son especialistas en ese campo, eminencias, "gurús", precursores o como quieras llamarlos. Y lo haces porque puedes aprender de ellos. En innovación, hay una habilidad clave que se resume en ser capaz de construir sobre la inteligencia de los demás. Tener la habilidad de escuchar una idea y trabajar sobre ella para aportar nuevo conocimiento funcional para que esta evolucione y mejore es una habilidad básica para cualquier persona que quiera innovar. Si eres capaz de rodearte de gente con más talento que tú, con más conocimiento o más especializada y escuchas, aprendes de ellos o incluso les expones tus ideas o tus proyectos para obtener su crítica (constructiva), conseguirás un aporte extremadamente valioso. Y esto es lo mejor que te puede pasar. Durante un tiempo estuve trabajando con un director que siempre nos decía que para él la situación ideal era ser "el menos listo de la sala". Una de las condiciones para formar parte de su equipo era tener más conocimiento que él en algún campo de la línea estratégica de su departamento. Y los resultados que obtenía junto con su equipo eran realmente impresionantes. Así que anímate y rodéate de gente con más talento que tú. Cuando necesitamos tener ideas sobre un tema concreto, solemos ponernos a pensar y aunque tengamos alguna idea, por lo general estas son limitadas. ¿Has probado pedir ayuda?
Tener ideas nuevas no solamente significa ponerte a pensar, solo o con un equipo. Lo solemos hacer de esa manera y sin embargo hay algo muy valioso que nos puede ser de gran ayuda y no solemos recurrir a ello: nosotros lo llamamos el alquiler de inteligencia. Imagina por un momento que tienes que resolver un problema de usabilidad web y te pones a pensar solo o con tu equipo de qué manera se puede resolver. Tenéis ideas y las debatís juntos. Pero no llega LA idea que estáis buscando. ¿Qué pasaría si buscaras un experto en usabilidad? Pero no una persona de tu empresa o con conocimientos del campo en el que estás trabajando porque seguramente te has informado, has acumulado conocimiento o incluso has consultado un experto. Un experto en usabilidad extrema de otro sector, que no tiene nada que ver con el tuyo, pero cuyos conocimientos se puedan aplicar a tu campo. ¿Qué pasaría si pidieras a los responsables del diseño de los paneles de control de los aviones que te explicaran los principios de usabilidad que han utilizado para sus diseños? ¿Crees que podrías aprender de ellos? La respuesta probablemente sea afirmativa. Y con una ventaja adicional: analizar el problema desde una perspectiva totalmente distinta a la del problema que quieres resolver te ayudará a desbloquear la mente y a encontrar soluciones radicalmente distintas a las que podrías haber encontrado de la manera tradicional. Y si te preguntas si aceptarían darte esa información, la respuesta probablemente también sea afirmativa. Si formas parte de un sector que no entra en competición con el de tu interlocutor, lo más seguro es que acepte de buena gana contarte cómo lo hacen. A las personas nos gusta compartir conocimiento aunque a veces pensemos que no. Y si no te lo crees, solamente tienes que entrar en algún grupo de redes sociales sobre un tema y ver la cantidad de gente que contesta a las preguntas de los miembros del grupo invirtiendo su tiempo a cambio de nada. Así que no lo dudes y pide ayuda. Las buenas ideas no siempre son buenas para la innovación. Esta afirmación puede parecer un tanto paradójica pero tiene su verdad. En el artículo de hoy te contamos por qué y te damos una pista para mejorar el esfuerzo de innovación de tu empresa. ¿Qué es una buena idea?
Cada persona tiene su propia definición de lo que es una buena idea, algunos dirán que es rompedora, otros que es original, o incluso sorprendente o revolucionaria. Por lo general, las solemos asociar con el efecto "wow" que producen en nososotros. ¿Entonces cuál es el problema? Las buenas ideas no tienen nada de malo. Siempre que no estemos hablando de innovación. Si analizamos la definición de innovación, ideas originales que crean riqueza de forma sostenible, tenemos la respuesta a nuestra pregunta. Todos tenemos muchas ideas (y entre ellas unas cuantas que consideramos mejores que las demás) pero no son más que eso: ideas. Si no somos capaces de crear riqueza de forma sostenible con ellas, no estamos hablando de innovación. ¿Qué ideas son válidas en innovación? Si nos ponemos a analizar las iniciativas de innovación que han tenido éxito y a como han llegado a tenerlo, encontraremos una respuesta a esta pregunta. Muchas empresas en las que se promueven y se da visibilidad a las ideas, dónde se pone recursos y energía en torno a su desarrollo, suelen poner la mejora de las ideas como elemento central de su esfuerzo de innovación. Y probablemente allí reside el problema. En muchos casos, cuando la idea no prospera a la hora de ejecutarla, se queda en un "esto parecía una buena idea en su momento". Sin embargo, si observamos los innovadores que han tenido éxito, podremos observar que dedicaron más tiempo a probar sus hipótesis que a identificar y desarrollar sus ideas. Por lo general, el elemento central de su esfuerzo es la hipótesis de negocio (es decir una creencia comprobable sobre la creación de valor en el futuro). Estas empresas buscaban una posible relación entre una acción y un resultado con beneficio, con una medida o una métrica que se pueda utilizar. Y allí está la diferencia: una hipótesis puede ser una buena idea pero no todas las ideas se pueden comprobar con hipótesis medibles. ¿Por qué es importante probar y medir nuestras hipótesis? En el proceso de innovación, la parte central y vital es la comprobación de las hipótesis mediante los prototipos y la iteración de los mismos. Todas las (buenas) ideas deben ser probadas. Es la única forma de que se conviertan en valor real o se puedan descartar o modificar si los resultados no son los esperados y no son buenos. No hay idea innovadora si no hay prototipo, y hasta que no hayas probado tu idea con un prototipo no sabrás si se trata de una buena idea, de una innovación o simplemente de una idea a descartar. ¿Cómo empresa, cómo puedo mejorar mi esfuerzo de innovación? Si lo que quieres es transformar la cultura de innovación de tu empresa de forma rápida y productiva, el primer paso debe ser animar a los empleados a presentar sus propuestas de innovación en forma de prototipo (y formarlos en la creación de prototipos). El simple hecho de hacerlo evitará un aluvión de "buenas ideas" y permitirá que las ideas que se proponen sean más trabajadas y se puedan empezar a probar de inmediato. En innovación las preguntas son las que crean el camino hacia el futuro, hacia la solución. Las preguntas nos incitan a la acción, focalizan nuestro esfuerzo, por ello es necesario saber distinguir qué preguntas nos pueden llevar más lejos, a la generación de ideas creativas que puedan causar el cambio. Características de las preguntas difíciles: - Son preguntas para las que aún no se conoce respuestas. - Son preguntas simples, claras y penetrantes. - Te invitan a reflexionar en un nivel más profundo Einstein decía “Si yo tuviera una hora para resolver un problema y mi vida dependiera de la solución, gastaría los primeros 55 minutos para determinar la pregunta apropiada , porque una vez supiera la pregunta correcta podría resolver el problema en menos de cinco minutos” ¿Qué preguntas somos capaces de hacer? Un buen ejemplo para ilustrar ese concepto es la historia de Aidan Dwyer, de 13 años, que inventó un sistema de paneles solares que genera más electricidad que los paneles tradicionales en los techos y sin necesidad de moverlos. La pregunta difícil que se hizo Dwyer es la siguiente: ¿Cómo consigo que algo fijo se convierta en móvil? Se fijó en los árboles y el patrón en que están organizadas las hojas y las ramas, y lo copió para construir un sistema de paneles solares ordenados como un roble. Su sistema genera mucha más electricidad, diferencia que se nota especialmente durante el solsticio de invierno, cuando el sol está en su punto más bajo en el cielo. El árbol genera entonces un 50% más energía que un panel estilo techo, sin ajustar su posición ni hacerle ningún cambio. Puedes leer su ensayo aqui ¿Qué nos dice este ejemplo? Si quieres innovar, lo importante es hacerte la pregunta correcta, una pregunta difícil para la que no haya solución obvia. Una vez tengas la pregunta, queda poner el capital intelectual a trabajar (conocimiento funcional profundo) para encontrar respuestas y soluciones. El capital intelectual y la innovación Una empresa líder en capital intelectual tenderá a dominar un mercado o un sector de actividad si estamos en un sistema de competencia perfecta. La base del capital intelectual de una empresa es la inteligencia de sus empleados, clientes y proveedores. Disponer del mapa de talento es una ventaja competitiva ya que te permite reconocer que recursos tiene la empresa disponible para innovar y que recursos debe conseguir. El mapa de talento tiene fuentes internas (bases de datos de recursos humanos, feedback 360º y externas a la propia empresa (Linkedin, Twitter). Trata de identificar el potencial de la gente, buscando que dicen los demás de una persona, que dice de sí mismo y cuál es su actitud. El capital intelectual de una empresa es la suma de tres factores:
El capital intelectual se incrementa o disminuye con el tiempo, mediante el estudio o capacitación y mediante el trabajo con clientes y proveedores. La perdida de capital intelectual se puede producir por cambios disruptivos en la industria (como pasó con Kodak con la aparición de la fotografía digital o en el caso de Nokia después del boom de los smartphones), por la pérdida de empleados clave (como en el caso de Yahoo como bien se ve en el gráfico abajo) o por la pérdida de motivación o de clientes esenciales. Por tanto conocer y medir el capital intelectual es un imperativo en la estrategia de innovación de una empresa.
El capital intelectual es la base de la innovación. Si no lo tienes dentro de tu organización alquílalo. El valor de una empresa es directamente proporcional al valor de su capital intelectual. ¡Cuídalo, es tu recurso más preciado! Hemos participado hoy en las jornadas ‘Tourism. Innovación Disruptiva en Turismo’ organizadas por El Laboratorio de Investigación e Innovación en Arquitectura, Urbanismo, Diseño y Turismo Avanzado [El Laboratorio] en colaboración con la Universidad Europea de Canarias y TurEspaña (Ministerio de Turismo). Os dejamos a continuación las entradas del blog de El Laboratorio referentes a la intervención de nuestro socio Fernando Alfaro. Comenzamos a pensar al revés Empieza la segunda actividad de las jornadas, dirigida por el profesor Fernando Alfaro, co-fundador de APR (www.aprenderapensaralreves.com), con el título Piensa al revés! Alfaro ha comenzado por destacar que la innovación debe estar asociado a generar riqueza de forma sostenible. Por otra parte, este profesor ha hecho hincapié en la huella digital, en cómo hoy es posible, a través de la red, a acceder a todo tipo de datos en tiempo real, lo que abre un mundo nuevo para la innovación. Alfaro ha insistido en la importancia del capital intelectual, por encima de cualquier otra circunstancia. Innovar en un mercado maduro El profesor Fernando Alfaro ha animado a los estudiantes asistentes a las jornadas a pensar en propuestas innovadoras sobre mercados ya maduros como el turístico en Canarias. Además, ha explicado qué hacer una vez tenemos nuestra propuesta de valor, como utilizar el marketing viral y las redes sociales. En este sentido, Alfaro también ha reflexionado sobre el marketing y si es necesario continuar con métodos clásicos como el folleto, por ejemplo. “La innovación se produce en toda la cadena de valor, desde las finanzas hasta el cliente”, ha afirmado Alfaro. El capital intelectual Fernando Alfaro ha hecho hincapié en que la responsabilidad de la innovación está en el capital intelectual, es decir, “en todos nosotros”. En este sentido, Alfaro ha asegurado que echarle la culpa a los políticos es buscar excusas, en cuanto a que el capital intelectual debe superar cualquier condicionante económico o social. Desde APR, queremos agradecer a los organizadores la invitación a participar en unas jornadas tan interesantes y a hacer una reflexión imprescindible con los participantes sobre el futuro del turismo y las oportunidades de innovación que nos brindan tendencias como la huella digital, el big data o cloud computing entre otras.
Cuando pensamos en innovación, muchos nos imaginamos a un grupo de personas juntas en una sala y haciendo una tormenta de ideas con la esperanza de encontrar una idea original. Sin embargo innovar es más que eso. Para innovar, o dicho de otra forma tener ideas originales que generan riqueza de forma sostenible, es imprescindible combinar dos elementos clave: capital intelectual y metodología: La innovación no es un golpe de suerte o una casualidad: solamente ocurre cuando un equipo de gente inteligente y con conocimiento funcional profundo y cruzado trabaja con metodología. En 1993, AT&T hacía una serie de predicciones de las innovaciones que decían que iban a traer a sus clientes. Si repasamos las innovaciones que anuncian en el vídeo, vemos que no solamente acertaron, sino que ellos no fueron los que las hicieron realidad.
1997: Telepeaje (ViaT en España) 2001: GPS (Garmin y Tom-Tom) 2003: Vídeconferencia (Skype) 2006: E-learning (Khan Akademy) 2007: E-reader (Amazon) 2008: Televisión a la carta (Netflix) 2010: iPad (Apple) ¿Qué paso en AT&T? Tenían la tecnología y el monopolio. ¿Por qué no fueron capaces de aprovechar las oportunidades que ellos mismos anunciaban? La respuesta está en el capital intelectual. Cuando las empresas no tienen el mejor talento y no renuevan o pierden capital intelectual, vienen otros y aprovechan las oportunidades. El mundo ha cambiado. Vivimos en un mundo globalizado a nivel de individuo, donde ya no hay fronteras y en la que ya no sabes quién es tu competidor ni dónde está. Cada vez hay más gente capacitada y competimos a nivel global. Nuestro modelo de sociedad del bienestar basado en la emisión de deuda ya no es sostenible y la única forma de sostenibilidad es la creación de riqueza. En este contexto, ser una empresa líder o establecida en un sector estable ya no basta para sobrevivir. Cada vez hay más cambio, más competidores y la habilidad de cambiar y reinventarse es fundamental. Las empresas necesitan nuevo conocimiento para crecer y ser competitivas. Cuántas empresas, como Microsoft o Sony, se han quedado atrás siendo los líderes incontestables de su mercado durante muchos años. ¿Qué les paso? Algo muy sencillo: dejaron de tener el mejor capital intelectual. Las empresas ya no compiten entre sí, los que compiten en nuestra sociedad del conocimiento son los individuos. La ecuación es sencilla: si dejas de tener el mejor capital intelectual, dejas de ser el mejor. El valor de una compañía son los individuos, y sin capital intelectual, pierden su posición, no importa el sector o el producto. No importa que sea una gran farmacéutica, una empresa de tecnología, o una aseguradora: en la economía del conocimiento, las empresas que sobreviven son las que tienen el mejor talento frente a sus competidores (de cualquier lugar del planeta) y gracias a este talento son capaces de seguir innovando de forma disruptiva todos los días. La clave está en el capital intelectual: Quiere al diferente El nivel de diversidad permite una visión más amplia y la acumulación de conocimientos distintos. Es un elemento fundamental para construir sobre las ideas de los demás y cuanta más diversidad, más puntos de vista y más generación de nuevo conocimiento. Alquila inteligencia Muchas veces, los más inteligentes están fuera de los límites de la organización. Haz que los mejores trabajen para ti, la inteligencia atrae a la inteligencia. A largo plazo, una compañía buena es una compañía que tiene gente inteligente o sabe alquilar la inteligencia de la que está fuera para resolver problemas insolubles. |
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