Por último, te dejamos aquí unos consejos generales pero muy importantes que aplican a cualquier presentación que hagas en público y que te ayudarán a que quede impactante y potente.
Estructura tu historia Sin una estructura y un hilo conductor, es muy difícil que se entienda tu propuesta. Antes de empezar, establece la estructura de tu presentación. Para ello, existen varios recursos que son los que nuestros expertos enseñan y utilizan en nuestros talleres. Encuentra la mezcla perfecta entre datos e historia No cuentes el trabajo que has hecho sino a donde quieres llegar. En vez de cubrir solamente las especificaciones y características, céntrate en el valor que tu producto/servicio trae al cliente. Sé conciso y ve al grano Ve al grano y deja el resto para la sesión de feedback y preguntas. Anticipa las preguntas y prepara respuestas claras y concisas. Ensaya No improvises, ensaya tu presentación con tu equipo hasta que te encuentres cómodo y consigas respetar los tiempos que te has marcado. Cosas que NO debes hacer:
Si quieres aprender a contar una historia con tu equipo con la ayuda con expertos en comunicación y aprender a utilizar recursos que te ayudarán a construir tus historias para conseguir tus objetivos, escríbenos a [email protected] y te daremos toda la información sobre nuestros talleres.
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Contar una historia es un recurso que puede ser muy útil en varias situaciones. Encontrarás en este post algunas de ellas a modo de ejemplo, aunque esta lista no es exhaustiva:
Para enganchar a la audiencia: El inicio de un pitch o presentación es crucial y es prácticamente tu única oportunidad de captar la atención de tu audiencia. Contar una historia o una experiencia (corta) con la que puedan identificarse los oyentes o que les llame la atención es un gran recurso para conseguir su atención. Puede ser una experiencia propia como usuario del producto/servicio o con un cliente, una metáfora de lo que quieres exponer a continuación, una historia de éxito de otro sector, etc. No importa lo que elijas contar, lo importante es que llame la atención y sirva de introducción para lo que sigue. En este caso, no necesariamente tendrá que tener todos los elementos de la estructura narrativa. Al tratarse de una historia corta, puedes obviar o adaptar los elementos de tu historia para que sea breve sin dejar de ser impactante o generar interés. Para contar casos de uso: Contar casos de uso a través de historias es una forma eficiente de asegurarte que todos tus oyentes entiendan y tengan claro todos los elementos de tu propuesta de valor y de la experiencia del cliente. Te permite contar una historia abarcando el antes, el durante y el después de la experiencia de tu cliente/usuario con tu producto o servicio en un determinado contexto. En este caso, sin alargar la historia, intenta que contenga todos los elementos que quieres que entienda tu audiencia para ayudarles a ver el valor que aportas (problema, solución, resultado). Para estructurar tu presentación como una historia: Haciendo el guión de tu presentación o pitch en forma de historia, te permite darle un toque diferente y sobretodo un hilo conductor a tu exposición. Puedes iniciar tu pitch contando la situación inicial y los problemas que resuelves y a medida que vas exponiendo el producto/servicio, las soluciones y el resultado obtenido, seguir con la historia por ejemplo de tu cliente. Si lo haces bien, los oyentes tendrán interés en saber el final de tu historia y por tanto seguirán tu presentación con atención de principio a fin. En esos 3 casos, si vas a usar soporte visual, elige bien y asegúrate de que sea solamente el imprescindible y no distraiga la atención de tus oyentes de la historia. Puedes utilizar imágenes o por ejemplo si eliges contar un caso de uso, un prototipo de tu producto/servicio es una gran herramienta. Los seres humanos nos comunicamos con historias. Por ello, el storytelling es una herramienta muy potente a la hora de presentar un proyecto, sobre todo si es un proyecto rompedor, innovador, diferente. Permite que el interlocutor en una posición de empatía o que se ponga en el lugar del cliente.
Consiste en transmitir una idea de una forma muy simple, como si estuvieses contando una historia, con su comienzo, desarrollo y desenlace. Ése es el objetivo del Storytelling (o Narración de historias). En la presentación de proyectos/ideas, el storytelling es un recurso que puede ser muy útil en varias situaciones:
La estructura narrativa La mayoría de las historias que funcionan suelen estar estructuradas con una serie de elementos que las hacen atractivas y nos permiten identificarnos con el protagonista. Nuestra historia comienza con una persona corriente que tiene una vida normal en un día como cualquier otro y le pasa algo especial, en que las cosas cambian y se altera el orden lógico de los acontecimientos. Nuestro protagonista empieza un viaje hacia un sitio y durante ese viaje se enfrenta a pequeñas pruebas (suelen ser 3) que supera, con o sin éxito. Durante su viaje, nuestro protagonista encuentra a gente que le ayuda, detractores y elementos mágicos (algo que tiene una repercusión especial en su viaje). Nuestro protagonista se enfrenta a una prueba final que tendrá que superar. Una vez superada, nuestro protagonista vuelve a la situación inicial donde nada ha cambiado pero en realidad todo ha cambiado por lo que le ha pasado en el viaje. Esta estructura es la que nos permitirá construir nuestra historia de manera que enganche al oyente y entiendan nuestra propuesta de manera sencilla y sin perder su atención. También nos permitirá volver a captar la atención si en algún momento sentimos que la hemos perdido. Existen recursos muy útiles para estructurar nuestras historia sin volvernos locos ni olvidar elementos importantes. Es importante saber que aunque suele ser lo habitual contar la historia desde la perspectiva del cliente, también puede ser muy efectivo contarla desde el punto de vista de la compañía, sobre todo para introducir un proyecto que tenemos que vender a nivel interno: ● Perspectiva del cliente: convierte al cliente en el protagonista. La idea es centrarse en transmitir la historia desde su punto de vista, incluyendo los retos a los que se enfrenta y los trabajos que realiza. La historia debe trasmitir el servicio que recibe el consumidor, qué lugar ocupa en el proceso de compra, cuánto está dispuesto a pagar… En este caso, al final de la historia se mostrará cómo la compañía ‘aparece’ para aportar el valor que le falta al cliente a día de hoy. ● Perspectiva de la compañía: convierte al empleado en el protagonista. Normalmente, el empleado conoce los entresijos de la compañía, tiene contacto directo con el cliente y conoce sus problemas. Es usuario y ‘cliente’ directo de los procesos productivos internos y sabe cómo hacer un mejor uso de los recursos de la empresa. En este caso, el final de la historia se centrará en por qué la empresa debe evolucionar hacia un determinado nuevo modelo de negocio. Para concluir el tema del elevator pitch, te dejamos unos consejos que te serán útiles a la hora de prepararlo. Recuerda que si tu equipo y tú queréis aprender a preparar un elevator pitch potente, ofrecemos talleres intensivos y prácticos con expertos para desarrollar esa habilidad y aprender a conocer los recursos que os ayudarán a lograr vuestro objetivo.
1. Conoce a tu interlocutor. ¿A quién va dirigido tu mensaje? Ajusta tu discurso y tu presentación a tu interlocutor. Por ejemplo, ¿conoces el tipo de empresas en las que invierte el inversor al que te diriges? 2. Practica. Delante de un espejo, delante de familiares y amigos, ¡delante de quien sea! Practica hasta que te salga de manera natural, se nota cuando una presentación está poco ensayada. Aprendértelo bien te ayudará a controlar los tiempos, transmitir seguridad y reducir los nervios. 3. Tienes poco tiempo, ¡conquista! Por regla general dedicamos muy pocos minutos a escuchar algo nuevo. Si quieres captar la atención de tu oyente debes ser diferente. Por ejemplo, busca una frase corta que cautive y que resuma el alma de tu proyecto. La audiencia se quedará con esa frase y la usará para resumir tu idea. 4. Sé asertivo. No digas “estoy intentando”, “nos gustaría”, “creo que”. Sustituye esas palabras por “voy a hacer”, “sé que esto es”, “estoy seguro de que”. Cuanta más seguridad transmitas, mayor será la confianza que podrás atraer de tus oyentes. 5. No apures con el tiempo. Cuando practiques, estate muy pendiente del tiempo. Tienes que ser capaz de transmitir tu proyecto en un espacio de tiempo corto, pero no olvides que debes dejar espacio para que la audiencia te haga preguntas. 6. Anticípate a las preguntas. Tan importante es tener un discurso potente como saber responder a las cuestiones del público. Imagina que tienes un discurso atractivo pero ante la primera pregunta que te hacen te quedas en blanco. Cuando practiques delante de la gente pídeles que te hagan preguntas, y prepara las respuestas con frases directas, simples y claras. 7. Sé creativo. Intenta transmitirlo contando una historia. Para ello puedes utilizar el Storytelling, del que te contaremos más en los próximos días. Lo ideal para construir tu elevator pitch es preparar una primera versión corta: tienes 30 segundos para captar la atención. Si después tienes más tiempo podrás entrar más en detalle: en el caso de una presentación más larga, distribuye en bloques de 30 segundos o menos.
Cuenta al principio lo importante y al final lo menos importante (pirámide invertida): lo que más cuesta es captar la atención real y sincera de las personas. Si consigues captar la atención y mencionar lo más importante al principio, evitarás que algún oyente que se despiste se pierda elementos importantes de tu presentación. Los elementos clave que tiene que tener tu elevator pitch son los siguientes:
En la primera versión de tu elevator pitch, deberías poder contar cada punto en una frase. Después, según el tiempo que tengas, puedes desarrollar algún punto que requiera más detalle, incluir otro aspecto que consideres importante o enseñar un prototipo/demo. Mientras estés preparando y practicando tu pitch, recuerda los siguientes puntos:
Recurso para construir tu elevator pitch: Elevator Pitch Canvas Existen muchos recursos para construir un elevator pitch. Uno de los más completos es el Elevator Pitch Canvas. ¿CÓMO SE UTILIZA? Definir y escribir los elementos del Elevator Pitch Canvas antes de construir tu pitch te permitirá no solamente tener claros los elementos clave de tu presentación sino también estar preparado para las preguntas sobre los elementos importantes que no incluyas en ella. Aunque este recurso está pensado para presentaciones de proyectos a inversores, se puede adaptar y utilizar para cualquier presentación de una idea/proyecto. Para más información sobre nuestros talleres de recursos para construir una presentación de proyecto innovador, puedes escribirnos a [email protected]. Antes de empezar a trabajar en tu elevator pitch, hay dos pasos que debes resolver sí o sí. No sirve de nada empezar a preparar tu elevator pitch si antes no has definido la audiencia a la que te vas a dirigir y si no tienes clara tu propuesta de valor. 1. Define tu audiencia El pitch variará según la audiencia a la que te estés dirigiendo. No contarás tu idea de la misma manera si te estás dirigiendo al cliente final que si te estás dirigiendo a posibles inversores. Así que, cuando construyas tu pitch, es imprescindible que identifiques y conozcas bien a la audiencia o público objetivo en cada caso para poder adaptar tu discurso. Por ejemplo, para vender tu idea antes de haberla desarrollado, tu discurso debe ser mucho más centrado en el potencial de tu idea para desarrollarla posteriormente, sus beneficios para los clientes y su alineación con la estrategia de la compañía. Pero ante un comité de inversores, aparte de enseñar el prototipo y los beneficios los clientes y la compañía, también debes incluir en el discurso las posibilidades de implementación y ejecución de tu proyecto. Recuerda: el objetivo final siempre es convencer a los oyentes de las oportunidades de negocio que tiene tu proyecto. 2. Define tu propuesta de valor Es decir: ¿qué hay para el cliente? ¿Qué ofrezco a mis clientes que me diferencia de los competidores y por tanto me hace ser único? La propuesta de valor es lo que nos separa de los competidores, define nuestra posición en el mercado y nos da una ventaja sobre el resto de propuestas disponibles en el mercado. No debería dirigirse a todo el mundo. Al contrario, una buena propuesta de valor es atractiva y efectiva para un público objetivo definido. La propuesta de valor debe ser sencilla, clara y única. Tienes más información sobre la propuesta de valor aqui. El próximo día te contaremos cómo construir tu elevator pitch. Vender es parte del éxito de un proyecto y es una cualidad imprescindible en innovación. Por mucho talento que tengas, si no sabes vender tu idea, se quedará en una buena idea pero no se convertirá en un producto o servicio innovador.
El primer recurso que te queremos presentar y del que seguramente ya has oído hablar o has practicado alguna vez es el elevator pitch. De poco sirve desarrollar una idea rompedora con un prototipo elaborado si no consigues convencer a los que van a escuchar tu idea en los pocos minutos que tienes para ello. Todo el trabajo que has hecho no habrá servido de nada si no sabes hacer un buen elevator pitch. Definición del elevator pitch Imagina que estás en un ascensor y tienes 30 segundos hasta llegar a tu destino para explicar tu proyecto y convencer a la persona que está contigo de que es un proyecto en el que merece la pena invertir. La expresión elevator pitch proviene de esta situación. La definición de un elevator pitch es la siguiente: Un elevator pitch es una presentación de un proyecto para persuadir a cualquier posible cliente, accionista o inversor, en un tiempo muy reducido. Su objetivo típico es captar la atención del oyente para lograr una entrevista o reunión posterior. Parece sencillo pero no lo es y requiere de una reflexión y preparación previa así como mucha práctica. Un elevator pitch NO es: Para preparar tu elevator pitch, tienes que tener en cuenta que un elevator pitch NO es: • Una presentación aburrida: Presentar tu proyecto con un powerpoint lleno de datos y de texto leyendo las diapositivas no es un elevator pitch y no te brindará los resultados que esperas. Es más, lo más probable es que consigas justo lo contrario: que nadie entienda el valor de tu idea y por tanto no vea el interés o el componente innovador o rompedor de la misma. •Una explicación de lo mucho que has trabajado en tu idea: A nadie le interesa cuántas horas has tardado en desarrollar tu idea, lo mucho que has investigado, todos los pasos que has dado para llegar a la propuesta que presentas etc. Recuerda que lo importante es captar el interés de la audiencia y mostrar el valor y los beneficios de tu idea para que quieran ver más y tengan ganas de desarrollarla. •Una explicación detallada de tu idea o proyecto: El elevator pitch es una presentación corta y al grano, en la que destacas el valor de tu idea y sus beneficios para los clientes. Los próximos días te explicaremos cómo preparar tu elevator pitch. El proceso de desarrollo de una idea innovadora pasa por distintas fases y sin duda una de las más importantes es la fase en la que enseñamos la idea, tanto para conseguir feedback como para vendérsela a posibles clientes, inversores o colaboradores.
Este mes abordaremos los aspectos de la presentación y venta de una idea, y más concretamente cómo presentar en equipo y cómo contar una historia que enganche al interlocutor y consiga que quiera oír más sobre nuestra idea. ¿Por qué contar una historia? Nos centraremos en estos aspectos porque si bien todos hemos tenido que hacer una presentación alguna vez (o muchas veces para muchos), presentar una idea en desarrollo mediante un prototipo o vender una idea innovadora no se puede hacer "al uso". En muchas ocasiones nos tocará encontrar una manera de enganchar a nuestro interlocutor sin poder presentarle previsiones o resultados muy concretos y en muchos casos lo que más nos costará es que entienda y vea dónde está el valor y la innovación de nuestra idea. Lo ideal es trabajar las presentaciones con un profesional que nos ayudará a darle una estructura y una forma, a contar nuestra historia resaltando los puntos de valor de la propuesta y que nos acompañará durante los ensayos para trabajar no solamente la forma sino también el contenido. Esto es lo que hacemos durante los programas y talleres con los equipos que desarrollan ideas y proyectos de innovación, con unos resultados espectaculares en tan solo una o dos sesiones con los participantes. Sin embargo, existen recursos y herramientas que nos pueden ayudar a mejorar sustancialmente nuestras presentaciones para que logren su objetivo. Haremos este mes un resumen de los que nos parecen más útiles para tener en cuenta y a mano a la hora de preparar una presentación. Tener una estrategia para tomar decisiones como equipo es vital cuando nos enfrentamos al desarrollo de un proyecto de innovación ya que se trata de una de las cosas que más tendremos debido a la naturaleza cambiante del mismo.
A lo largo del desarrollo de la idea, tendremos que desechar ideas, modificar otras, elegir entre varias alternativas, etc. y si hemos decidido cómo tomaremos las decisiones en equipo o no nos ponemos de acuerdo, lo más probable es que surjan conflictos a menudo entre los miembros del equipo y los avances del proyecto se vean afectados. No hay una estrategia mejor que otra para tomar decisiones en equipo, ni hay que elegir una sola que utilizaremos siempre. Pero sí es necesario pensar una o varias formas de hacerlo para que, cuando llegue el momento, el equipo no pierda el tiempo y la energía en debates o conflictos innecesarios. Algunas de estas estrategias pueden ser votando por mayoría, descartando las opciones que menos gustan hasta que solo quede una, llegar a un consenso rápido o dejándolo la decisión en manos de la(s) persona(s) que más conocimiento tengan del tema. No hay una forma mejor que otra ni una que valga para todas las tomas de decisiones. Normalmente, la toma de decisiones se hace más sencilla a medida que el equipo avanza en el desarrollo ya que los miembros del equipo se conocen mejor y han aprendido a funcionar como equipo. Sin embargo, si desde el principio el equipo tiene problemas para llegar a un consenso sobre como tomar decisiones grupales, es probable que ello genere conflictos o negatividad que pueden ser perjudiciales para la buena marcha del proyecto. Por tanto, llegar a un acuerdo con el equipo sobre la forma de tomar decisiones al inicio del proyecto en vez de esperar a enfrentarse a la primera toma de decisiones es importante para mejorar la eficacia del mismo y evitar situaciones tensas e innecesarias. Feedback es una palabra que forma parte de nuestro día a día y que en muchas ocasiones utilizamos como sinónimo de crítica. En los equipos de innovación, el feedback es clave pero no de cualquier manera.
Las ideas y proyectos de innovación requieren constantes iteraciones basadas en el feedback de compañeros, clientes, colaboradores, etc. Es una de sus particularidades: rara vez acabamos desarrollando e implementando la idea inicial, porque esta ha ido cambiando y enriqueciéndose gracias a la aportación de las personas a las que se la hemos enseñado en todo el proceso de construcción y desarrollo. El primero en aportar a la idea es el equipo que la desarrolla. Y para conseguir una aportación de valor por parte de los demás miembros del equipo, tenemos que aprender todos a dar y recibir feedback. El feedback NO es sinónimo de crítica Dar y recibir feedback NO es sinónimo de dar y recibir críticas. Todo lo contrario. El feedback debería aportar siempre un valor añadido. En caso contrario, no estamos dando o recibiendo feedback, estamos criticando o siendo criticados. Por tanto, el verdadero feedback y el que nos interesa utilizar en nuestro equipo es el que añade valor, tanto para el que lo da como para el que lo recibe. ¿Cómo dar o recibir feedback dentro de un equipo? Para dar feedback dentro de un equipo, hay unas reglas que podemos seguir para que nuestra opinión aporte valor: - Identificar áreas de mejora en vez de criticar: la crítica sin más no aporta ningún valor y por tanto se queda en una opinión personal que nos podemos ahorrar; - Aportar siempre una sugerencia de mejora: al identificar un área de mejora, nuestro comentario debe ir siempre acompañado de una sugerencia de mejora. Si no la tenemos, deberemos reflexionar para encontrarla antes de dar nuestro comentario; - Destacar los puntos fuertes: es fundamental saber identificar los puntos fuertes de la idea y comunicárselos al otro; - Ser concretos y específicos: no vale dar comentarios generales, debemos ser específicos y concretos tanto en el lenguaje como en el contenido para que nuestro comentario aporte valor; - Por último, y no menos importante, ser asertivo y cuidar el lenguaje para que nuestros comentarios sean bien recibidos. Para recibir feedback, es interesante tener en cuenta los siguientes puntos: - Recibir los comentarios con la mente abierta: es inevitable que en algún momento nos pueda parecer poco relevante lo que nos están diciendo. Recibir las sugerencias de mejora con la mente abierta y analizarlas es de gran ayuda para sacarles valor; - Hacer preguntas concretas: preguntar sobre cosas concretas para las que necesitamos que nos aporten comentarios es una forma muy efectiva de conseguir feedback valioso para avanzar en el proyecto; - Apuntar todo: anotar todos los comentarios que nos hacen, nos parezcan relevantes o no, es fundamental porque nos permitirá replantear y analizar el por qué de los mismos (todos los comentarios con una sugerencia de mejora son valiosos simplemente por el hecho de que alguien tiene ese punto de vista y por tanto debemos tomarlos en cuenta). Es la base de la innovación y es un requerimiento para desarrollar un proyecto de innovación en equipo: la capacidad de construir sobre las ideas de los demás.
La innovación resulta de la combinación del conocimiento funcional cruzado de las personas con una metodología. Y solamente ocurre si somos capaces de añadir valor y construir sobre lo que otros han ideado (sean de nuestro equipo o no). Desarrollar la capacidad de construir sobre las ideas de los demás es fundamental y en ocasiones no es tan sencillo. A la mayoría nos han enseñado que hay una sola respuesta correcta y tendemos a pensar que es la nuestra. Por tanto, cuando nos enfrentamos a un proyecto común, tendemos a intentar "corregir" lo que tenemos delante en vez de añadir valor. Innovar en equipo requiere de mucha humildad, generosidad, y empatía. Humildad porque debemos aceptar que no siempre tenemos la razón y que es probable que los demás tengan mejores ideas o más conocimiento que nosotros en muchos campos que no dominamos. Generosidad para compartir sin restricciones nuestros conocimientos y nuestra experiencia con los demás. Empatía para ser capaces de ponernos en los zapatos de los demás sabiendo que debido a su experiencia y sus conocimientos que difieren de los nuestros, es probable que vean las cosas desde una perspectiva muy distinta a la nuestra. Utilizando esas cualidades, seremos capaces de construir sobre las ideas de los demás desde nuestro conocimiento funcional propio. Añadir valor no es opinar sobre lo que nos cuentan sino aportar algo más a lo que tenemos delante. Hemos hablado en ocasiones anteriores de la importancia de querer al diferente en el desarrollo de las ideas. En general, esta máxima es cierta en todas las fases del proceso de innovación. Por una sencilla razón: la innovación es el resultado de la combinación de metodología y del conocimiento funcional cruzado. Y te vamos a explicar por qué.
¿Por qué nos cuesta tanto innovar al principio? Trabajar en un proyecto de innovación es un proceso radicalmente distinto del resto de procesos a los que estamos acostumbrados y para los que nos han "programado". En la fase de ideación, requiere compartir las ideas, construir sobre las ideas de los demás y aceptar que no siempre tenemos la razón sino que las distintas perspectivas y por tanto los desacuerdos son los que enriquecen el proceso. Nos exige definir una propuesta de valor poniéndonos en la piel del cliente y probarla mediante un prototipo antes de que hayamos terminado de definir la solución completa. No valen las presentaciones teóricas brillantes y prometedoras, la innovación se debe poder tocar, probar, modificar, enriquecer durante el proceso. Cuando trabajamos en un proyecto de innovación no podemos hacer previsiones a largo plazo o basarnos en proyectos similares para estimar costes y beneficios, por la sencilla razón que una solución innovadora suele ser novedosa y no conocemos la respuesta que va a tener nuestro público objetivo. El proceso en sí es una serie de pruebas, hipótesis, iteraciones, aprendizajes, etc. Por eso es tan adictivo y apasionante. Sin embargo hay dos cosas que sí podemos controlar: La metodología que vamos a utilizar y el capital intelectual del que disponemos. La base de la innovación reside en la asociación de varias personas con conocimientos funcionales distintos que mediante una metodología, comparten ese conocimiento y construyen juntas. Eso que llamamos "conocimiento funcional cruzado". Por ejemplo, si queremos desarrollar una solución de aprobación de hipotecas mediante un proceso inverso con big data, necesitaremos en el equipo un programador, un experto en big data, un experto en banca y procesos hipotecarios, etc. que trabajen juntos para construir la solución sobre el conocimiento funcional de cada uno de ellos. Aprender a innovar en equipo Todos hemos trabajado en equipo y aunque cada uno tiene mejores o peores habilidades o disposición para hacerlo, tenemos más o menos claro lo que aporta y lo que supone. Pero en innovación, las habilidades que supone el trabajo en equipo son distintas y se deben adquirir cuanto antes para que el resultado sea el mejor posible. Este mes, hablaremos de estas habilidades y te daremos tips para que tu trabajo con un equipo de innovación sea más productivo, más eficiente y por tanto más satisfactorio. Este mes hemos visto unos cuantos tips para hacer un prototipo y hoy te los resumimos en este artículo para que los tengas todos a mano. Pincha en los títulos para ver el artículo que te interesa.
1. ¿Qué es un prototipo? Un prototipo es "cualquier cosa que permita hacer una demostración física y tangible del proyecto que nos ocupa". Es decir, lo que sea que permita que los demás vean y toquen lo que será el producto/servicio que proponemos, sea una aplicación, un objeto, un servicio, ... Hacer un prototipo forma parte del proceso de innovación y nos permite construir y dar forma a la idea con un equipo y para comunicar de una manera clara, eficiente y sobre todo tangible nuestra propuesta de valor a inversores, clientes y partners. 2. Un prototipo no es lo que piensas Es fundamental que recuerdes la función del prototipo: dar a tus clientes una representación tangible de la experiencia que van a tener cuando utilicen tu producto/servicio. Partiendo de esa base, un prototipo puede ser básicamente cualquier cosa que cumpla esa función y que te permita descubrir el potencial de tu idea y el interés que despierta en los clientes. 3. Antes de hacer el prototipo: Antes de hacer un prototipo de tu idea, tienes que asegurarte de tener la propuesta de valor de tu idea bien definida, es decir tener claro lo que ofreces a tus clientes y por qué crea valor para ellos. 4. ¿Qué tiene que tener tu prototipo? Un prototipo debería ser un elemento visual, sencillo, que se pueda "tocar", tener las funcionalidades básicas de tu idea e incluir casos de uso. Lo más importante es que te tiene que ayudar a obtener feedback sobre tu idea y a validar (o desechar) hipótesis. 5. Herramientas para hacer un prototipo A la hora de construir tu prototipo, es importante elegir la forma en la que vas a hacerlo y que se adapte mejor al objetivo que persigues. No es lo mismo enseñar un esbozo de tu idea a enseñar un prototipo fiel al resultado final en términos de diseño y funcionalidades. También depende del tiempo del que dispongas, del esfuerzo que quieras hacer para construirlo y de tus conocimientos. Afortunadamente, hay herramientas para todos los gustos. 6. Consigue feedback y añade valor Una vez construido el prototipo de tu idea, el siguiente paso es enseñarlo para recibir feedback y de esa manera conseguir mejorar/modificar tu idea para darle más valor. Es fundamental sacar nuestro prototipo a la luz y enseñárselo a potenciales clientes e inversores para comprobar si realmente necesitan lo que estamos ofreciendo, si con nuestra solución se soluciona su problema y si nos lo comprarían. ¿Cómo enseñar tu prototipo? Una vez creado tu prototipo, tienes que enseñarlo. A quién, dónde y cómo dependerá de la naturaleza de tu prototipo, del tipo de feedback que estás buscando y de la fase en la que se encuentra tu idea. Últimos consejos Recuerda que crear un prototipo es un paso vital si lo que pretendes es desarrollar una idea innovadora que tenga sentido y te permita crear valor. La fase de prototipado e iteraciones en base al feedback recibido debería ocupar gran parte de tu esfuerzo en el proceso de desarrollo de tu idea. Si lo haces a conciencia te ayudará a preparar la siguiente fase del proceso de innovación, la ejecución (fase crítica donde el 95% de las ideas fracasan). Nuestro consejo es que, una vez definida la propuesta de valor, hagas (solo o con tu equipo) un prototipo de tu idea y se lo enseñes al mayor número de personas posibles para conseguir feedback (recuerda hacer preguntas para obtener un feedback que te sirva para seguir construyendo) y que en cuanto tengas un prototipo con una propuesta de valor "comprable" lances tu producto o servicio con unos clientes "beta". No esperes a tener una solución sofisticada y perfecta, lo que distingue a los innovadores es su gran capacidad de adaptación e iteración de las soluciones en función del mercado y las tendencias. El proceso debe ser rápido, céntrate en las partes que aportan valor y no te pierdas en detalles insignificantes. Si encuentras algún obstáculo, busca una solución distinta e fíjate en los que hayan resuelto problemas similares (suelen ser una buena fuente de inspiración). Y por último, no te empeñes en desarrollar una idea que no funciona. Si ves que la propuesta de valor no obtiene el feedback que esperabas, no tengas miedo a replantear/modificar tu propuesta de valor o tu solución y a volver a empezar. Cuanto antes lo hagas, menos tiempo perderás en una idea que no te va a comprar nadie. Contacta con nosotros si tienes dudas o quieres formarte en la generación de prototipos en [email protected] Una vez construido el prototipo de tu idea, el siguiente paso es enseñarlo para recibir feedback y de esa manera conseguir mejorar/modificar tu idea para darle más valor.
Es fundamental sacar nuestro prototipo a la luz y enseñárselo a potenciales clientes e inversores para comprobar si realmente necesitan lo que estamos ofreciendo, si con nuestra solución se soluciona su problema y si nos lo comprarían. Hasta dar ese paso, cualquier suposición de que nuestra propuesta de valor o solución es acertada se queda en eso, una mera suposición. Este paso también sirve con potenciales inversores y compañeros para comprobar que la propuesta se entiende, tiene sentido y convence. ¿Qué hago con el feedback que recibo? Necesitamos la opinión de los clientes y cuanto más feedback mejor enfocaremos nuestra propuesta. A veces el feedback no es el que esperamos pero no es algo negativo porque nos puede servir para darnos cuenta de que hemos planteado mal algún proceso o la propuesta de valor y necesitamos volver atrás para redefinir mejor. Para que el feedback que consigas te ayude a mejorar tu idea, puede ayudar hacer una serie de preguntas a las personas que prueben tu prototipo. Por ejemplo:
Una vez recibido el feedback, debes analizarlo y modificar/mejorar/sofisticar tu prototipo en base a lo que te hayan aportado y volver a enseñárselo. El número de iteraciones de tu prototipo hasta sacar tu solución para los clientes depende de ti. Como ya comentamos, la velocidad de ejecución sí importa y en muchas ocasiones es mejor sacar una solución con valor y menos sofisticada que intentar tener la solución perfecta (podrías perder una oportunidad de posicionarte en el mercado por tardar demasiado). En una próxima entrada hablaremos de distintas maneras de enseñar un prototipo. A la hora de construir tu prototipo, es importante elegir la forma en la que vas a hacerlo y que se adapte mejor al objetivo que persigues. No es lo mismo enseñar un esbozo de tu idea a enseñar un prototipo fiel al resultado final en términos de diseño y funcionalidades. También depende del tiempo del que dispones, del esfuerzo que quieres poner hacerlo y de tus conocimientos. Afortunadamente, hay herramientas para todos los gustos y hoy te presentamos 6 herramientas para construir prototipos que utilizamos habitualmente en nuestros talleres, eventos y programas y nuestra opinión de cada una de ellas.
1. Marvel Marvel es una herramienta que permite crear prototipos web o de aplicaciones móviles. Se puede complementar con otras herramientas (como Asana, Google Drive o Slack) y se puede utilizar tanto en el PC como en la app iOS o Android. Te permite crear el prototipo a partir de un prototipo en blanco o importar tus proyectos desde Photoshop o Sketch. Una vez diseñado, te permite animarlo con gestos o transiciones preestablecidos en la propia aplicación. Nuestra opinión: A nosotros personalmente aunque nos parece una herramienta útil, no es la que más nos gusta, porque si no eres diseñador es complicado crear un prototipo bonito (todo se hace en base a imágenes a las que añades transiciones) y nos parece quizás un poco limitada. 2. Proto.io Proto.io es una herramienta muy completa de prototipado online pensada especialmente para aplicaciones móviles y con la que se pueden crear prototipos extremadamente fieles a lo que sería la app de verdad. Nos permite crear prototipos con una gran variedad de animaciones y gestos y contiene elementos prediseñados que nos ayudan a que el resultado sea muy atractivo con menos esfuerzos. Nuestra opinion: Si bien es una herramienta muy completa, también es bastante compleja de manejar para un principiante: no es muy intuitiva y el tiempo de aprendizaje es bastante importante. Merece la pena invertir tiempo en aprender a utilizarla si vamos a necesitar hacer muchos prototipos y tenemos tiempo. Si no, hay otras apps mucho más intuitivas que esta que ofrecen resultados parecidos. 3. NinjaMock Ninjamock es una aplicación que sirve para diseñar páginas webs y aplicaciones móviles. Permite construir prototipos con imágenes y enlazar las pantallas la una a la otra. Tiene una serie de diseños de botones, etc. a mano alzada y permite incluir imágenes, textos, botones, cajas de texto, etc. También permite comentarios, algo muy cómodo si trabajas en equipo en un prototipo. Nuestra opinión: Es una herramienta extremadamente intuitiva y sencilla de usar. Es limitada en el diseño pero si lo que quieres es hacer un primer esbozo de un prototipo sin que te importe que se parezca exactamente a la versión final y tienes poco tiempo, esta es tu herramienta. Nosotros la usamos en los talleres por ejemplo para crear un prototipo en un tiempo muy limitado dibujando las pantallas en papel, haciendo una foto y añadiendo después en la app los enlaces, botones etc. 4. POP – Prototyping on Paper POP es una herramienta de prototipado rápido para páginas web muy intuitiva basada en el dibujo. La forma habitual para utilizarla es dibujando las pantallas, haciendo una foto y subiéndola a la app, donde podrás añadir transiciones. También permite incluir elementos como texto, imágenes, formas, iconos e incluso dibujar dentro de las pantallas. Nuestra opinión: Al igual que Ninjamock, esta app es muy intuitiva y aunque limitada, permite hacer un primer esbozo de prototipos en un tiempo record en el móvil (la aplicación en el pc es muy limitada). 5. Balsamiq Balsamiq es una herramienta intuitiva, sencilla y muy completa si lo que quieres es crear un mockup de tu app, producto o página web. Tiene un montón de elementos diseñados que se arrastran al diseño y se ajustan de forma extremadamente sencilla. Una vez creado el diseño, solamente falta enlazar los elementos y listo. Nuestra opinión: Es una herramienta muy intuitiva y agradable de utilizar, permite prototipado rápido y sencillo. La única pega es que no tiene versión gratuita y una vez acabada la prueba de 30 días hay que comprarla. Y EL GANADOR ES: 6. ATOMIC.IO Para nosotros sin duda la mejor herramienta de prototipado si lo que buscas es un resultado fiel a la realidad sin volverte loco es Atomic.io. Se trata de una herramienta intuitiva, sencilla de usar, completísima (permite prácticamente hacer de todo) y tiene una versión gratuita que no limita la funciones (solamente limita el número de prototipos que puedes hacer). Además, cuenta con vídeos tutoriales de todas las funciones de la app. Es nuestra aplicación estrella en eventos de creación de proyectos, talleres de prototipado intensivos y programas de innovación. Ahora solamente te falta elegir la que mejor se adapte a tus necesidades y ponerte a construir. Ya hemos definido el prototipo, sus usos y sus ventajas. Y a estas alturas es probable que lo relaciones con la tecnología: una interfaz web con el cliente, una app en el móvil u otra cosa que se prueba a través de una pantalla. Si bien es probable que la mayoría de prototipos sean de este tipo, hay muchas otras formas de hacer un prototipo.
Es fundamental que recuerdes la función del prototipo: dar a tus clientes una representación tangible de la experiencia que van a tener cuando utilicen tu producto/servicio. Partiendo de esa base, un prototipo puede ser básicamente cualquier cosa que cumpla esa función y que te permita descubrir el potencial de tu idea y el interés que despierta en los clientes. Para ilustrarlo tienes a continuación un ejemplo real de un prototipo que no tiene nada que ver con la tecnología. Un conocido tiene una empresa de catering y me contó cómo hizo su prototipo cuando tuvo la idea. Vivía en el extranjero y como tenía poco tiempo para cocinar comida casera pensó que sería buena idea montar una empresa de comida casera que te la llevara a casa. Para probar si este tipo de servicio tendría sentido o si solamente era una necesidad suya, colgó en el ascensor de la casa dónde vivía un menú para el día siguiente invitando a los interesados a apuntarse para probar su comida en la propia hoja del menu. El primer pedido salía gratis a cambio de feedback de los clientes. Después empezó a cobrar los pedidos. Cuando vio que tenía éxito en su inmueble, amplió el sistema en su barrio y cuando ya tenía una buena base de clientes que además le habían ayudado a definir mejor su servicio y su propuesta de valor con su feedback lanzó su servicio online. Esta es una experiencia real y el prototipo no era más que una hoja de papel. Casi siempre pensamos en prototipos muy sofisticados y sin embargo, en muchas ocasiones lo podemos hacer más sencillo. Existe una ilustración del proceso de Spotify para hacer sus prototipos (o Minimo Producto Viable) que ilustra muy bien este concepto: Tienes una idea brillante y ahora solo te queda construirla y vendérsela a tus potenciales clientes. Parece sencillo, ¿verdad? Como ya hemos comentado, lo ideal para empezar a construir una idea y venderla es construir un prototipo de la misma y enseñárselo a tus potenciales clientes e inversores. Antes de empezar a construir tu prototipo, hay un paso previo que no debes saltarte: definir la propuesta de valor de tu idea. ¿Qué es la propuesta de valor?
No es lo mismo decirle a un cliente: "Soy el mejor asesor financiero del mercado" a "Te voy a hacer ahorrar/ ganar mucho dinero asesorándote". Lo primero es un eslogan y lo segundo es una propuesta de valor. Tener una propuesta de valor es tener claro lo que ofreces a tus clientes y por qué crea valor para ellos: tienes que ser capaz de contestar a la pregunta siguiente: ¿Por qué te voy a comprar (o seguir usando) tu producto/servicio? No debería dirigirse a todo el mundo. Al contrario, una buena propuesta de valor es atractiva y efectiva para un público objetivo definido. Una propuesta de valor NO es:
¿Cómo definir tu propuesta de valor? 1. .Define tu target Específica el cliente o grupo objetivo de la manera más concreta posible y sus problemas de la manera más clara y potente que puedas. ¿Quién te va a comprar el producto o servicio? En muchas ocasiones cometemos el error de querer abarcar a todo el mundo. 2. Define qué ofreces La propuesta de valor tiene que dejar claro lo que haces y los beneficios de lo que ofreces para el cliente. Escribe cómo que tu producto o servicio ayuda a tus cliente, es un ejercicio que te ayudará a encontrar las áreas dónde tu propuesta es distinta de las demás. 3. Define el valor de lo que ofreces Tienes que ser capaz de encontrar en qué lo que ofreces es único. Para ello también tienes que saber quiénes son tus competidores y qué ofrecen. Tener el mejor producto o servicio o el mejor servicio de atención al cliente no es suficiente para destacar. Dedica un momento a encontrar lo que tu producto o servicio ofrece a tu cliente objetivo que los demás no hacen. Una vez que tengas clara tu propuesta de valor, es hora de empezar a construir el prototipo. Por Pilar Fernández, Socia de Aprende a Pensar al Revés Tal vez hayas oído hablar de Melanie Perkins, fundadora de Canva, una plataforma online para hacer diseños de manera sencilla sin tener que aprender a manejar herramientas de diseño más complejas como Photoshop. El otro día publicarón un artículo sobre ella y nos llamó la atención el titular Melanie Perkins quiso "resolver un problema real" con 19 años y terminó creando una empresa de 1.000 millones de dólares Melanie Perkins, como muchos emprendedores de éxito, se enfrentó a un problema en su vida cotidiana que afectaba a muchas personas y decidió encontrar la forma de resolverlo. Quizá uno de los puntos más complejos cuando hablamos de innovación es ser capaz de hacer preguntas esenciales. Nosotros las llamamos preguntas difíciles (ya hablamos de ellas aquí) porque en su enunciado queda explícito a que te enfrentas cuando quieres profundizar en una realidad concreta. Las preguntas difíciles cuestionan el paradigma existente, ofrecen una visión al que las escucha y un camino para empezar a resolverlas. Cuando nos hacemos una pregunta difícil hay que cuestionarse lo siguiente: La pregunta: ¿La podemos formular de otra forma? Los datos: Tendemos a pensar que los datos nos aportan información neutra, pero detrás de todos ellos hay una elaboración y hay que conocerla, determinar si son exactos y verificarlo, si hay otros datos que no estamos considerando. La experiencia: La realidad se analiza a través de la experiencia de quién realiza la pregunta, ¿cómo influye está experiencia?, ¿está cuestionando un paradigma o es una anécdota? ¿es sólo un punto de vista? Los conceptos: Los conceptos qué están detrás de nuestras preguntas, son conceptos sólidos o suposiciones. Las conclusiones: Hay que ser capaz de razonar la conclusión, y ver si hay posibles alternativas. Son las preguntas difíciles las que nos permiten crear nuevo conocimiento y por tanto resolver ‘los problemas reales’ de una manera diferente, aportando un valor no esperado y apreciado. A todos nos gustaría pensar que somos los más cualificados en nuestro campo y que se nos ocurren las mejores ideas pero la realidad es que siempre habrá gente que sepa más que nosotros. ¿Podemos aprovechar el talento de los demás?
Aprendemos todos los días y gracias a ello avanzamos, nos formamos y nos especializamos. Y lo hacemos adquiriendo nuevo conocimiento y acumulando experiencia. Pero también aprendemos del talento y el capital intelectual de los demás. Sea cual sea tu campo de interés o actividad profesional, seguramente ya sigues a personas que son especialistas en ese campo, eminencias, "gurús", precursores o como quieras llamarlos. Y lo haces porque puedes aprender de ellos. En innovación, hay una habilidad clave que se resume en ser capaz de construir sobre la inteligencia de los demás. Tener la habilidad de escuchar una idea y trabajar sobre ella para aportar nuevo conocimiento funcional para que esta evolucione y mejore es una habilidad básica para cualquier persona que quiera innovar. Si eres capaz de rodearte de gente con más talento que tú, con más conocimiento o más especializada y escuchas, aprendes de ellos o incluso les expones tus ideas o tus proyectos para obtener su crítica (constructiva), conseguirás un aporte extremadamente valioso. Y esto es lo mejor que te puede pasar. Durante un tiempo estuve trabajando con un director que siempre nos decía que para él la situación ideal era ser "el menos listo de la sala". Una de las condiciones para formar parte de su equipo era tener más conocimiento que él en algún campo de la línea estratégica de su departamento. Y los resultados que obtenía junto con su equipo eran realmente impresionantes. Así que anímate y rodéate de gente con más talento que tú. Cuando necesitamos tener ideas sobre un tema concreto, solemos ponernos a pensar y aunque tengamos alguna idea, por lo general estas son limitadas. ¿Has probado pedir ayuda?
Tener ideas nuevas no solamente significa ponerte a pensar, solo o con un equipo. Lo solemos hacer de esa manera y sin embargo hay algo muy valioso que nos puede ser de gran ayuda y no solemos recurrir a ello: nosotros lo llamamos el alquiler de inteligencia. Imagina por un momento que tienes que resolver un problema de usabilidad web y te pones a pensar solo o con tu equipo de qué manera se puede resolver. Tenéis ideas y las debatís juntos. Pero no llega LA idea que estáis buscando. ¿Qué pasaría si buscaras un experto en usabilidad? Pero no una persona de tu empresa o con conocimientos del campo en el que estás trabajando porque seguramente te has informado, has acumulado conocimiento o incluso has consultado un experto. Un experto en usabilidad extrema de otro sector, que no tiene nada que ver con el tuyo, pero cuyos conocimientos se puedan aplicar a tu campo. ¿Qué pasaría si pidieras a los responsables del diseño de los paneles de control de los aviones que te explicaran los principios de usabilidad que han utilizado para sus diseños? ¿Crees que podrías aprender de ellos? La respuesta probablemente sea afirmativa. Y con una ventaja adicional: analizar el problema desde una perspectiva totalmente distinta a la del problema que quieres resolver te ayudará a desbloquear la mente y a encontrar soluciones radicalmente distintas a las que podrías haber encontrado de la manera tradicional. Y si te preguntas si aceptarían darte esa información, la respuesta probablemente también sea afirmativa. Si formas parte de un sector que no entra en competición con el de tu interlocutor, lo más seguro es que acepte de buena gana contarte cómo lo hacen. A las personas nos gusta compartir conocimiento aunque a veces pensemos que no. Y si no te lo crees, solamente tienes que entrar en algún grupo de redes sociales sobre un tema y ver la cantidad de gente que contesta a las preguntas de los miembros del grupo invirtiendo su tiempo a cambio de nada. Así que no lo dudes y pide ayuda. ¿Cuál es tu reacción cuando algo te frustra porque no funciona como quieres o cuando el servicio que te dan no es el que esperabas? Analizar tu frustración te puede ayudar a tener ideas.
A todos nos pasa a menudo: compramos un producto o un servicios y por la razón que sea no es lo que esperábamos o simplemente no funciona. Nuestra reacción primaria es de enfado y frustración. Llamamos al proveedor para solucionarlo y si no nos lo soluciona seguimos con el enfado. Lo que NO solemos hacer es analizar nuestra frustración, es decir: ¿Qué es lo que no funciona o no es lo que esperaba? ¿Por qué me esperaba otra cosa? ¿Cuáles eran mis expectativas? ¿Tengo las mismas expectativas que los demás usuarios? ¿Soy el público objetivo? ¿Qué haría yo diferente para que este producto/servicio fuera satisfactorio para mí? ¿Qué se podría mejorar del producto/servicio o de su proceso de elaboración, ejecución o venta para eliminar mi frustración? ¿Se pueden aplicar estas soluciones a otros productos o servicios? ¿Qué me aporta en mi sector tener esta información? Si haces este ejercicio como rutina cada vez que algún producto/servicio te frustra o falla, te darás cuenta de que empiezas a tener ideas nuevas que puedes aplicar a tu propio ámbito/sector. Vivimos rodeados de innovación, de modelos de negocio nuevos, de una infinidad de nuevos productos y servicios surgen todos los días de la mente de un sinfín de emprendedores y empresas. ¿Sabes sacarles provecho para tener ideas nuevas?
Ayer fuimos a una reunión en el centro de Madrid con un coche de la empresa ZITY, el servicio de coches compartidos de Ferrovial Servicios y Renault. Dejamos el coche en la puerta del lugar de reunión, sin preocuparnos de pagar la zona azul o verde. Y a la salida, con la app cogimos otro coche que estaba a un minuto andando para volver a nuestras oficinas. Así de sencillo. Abundan los servicios y modelos de negocio innovadores y nosotros intentamos probarlos todos siempre que podemos. ¿Por qué probarlos? Porque probar cosas nuevas te da nuevas ideas, te proporciona experiencias nuevas y te permite ver las virtudes y los fallos de las propuestas de valor innovadoras. Cuando vemos cómo otros resuelven sus productos y sus servicios, se nos ocurre como aplicar este conocimiento en la solución de nuestros proyectos. ¿Has comprado alguna criptomoneda? ¿Has comprado en Ali baba? ¿Has usado un coche compartido? Prueba cosas nuevas y tendrás más ideas. ¿Cuántas veces al día has pensado en algo que te parecía interesante o has tenido alguna idea creativa y acto seguido te has puesto a pensar en otra cosa? ¿Cómo puedes sacar provecho a esas ideas?
A lo largo del día tenemos un montón de ocurrencias y de ideas que tan pronto como han llegado, desaparecen porque otra cosa más urgente o importante requiere nuestra atención. Y cuando necesitamos ideas, ya no nos acordamos de nada. Nuestro cerebro está en constante actividad y en la mayoría de los casos no tenemos tiempo de pararnos a pensar o desarrollar la idea que hemos tenido en el momento en que se nos ha ocurrido. El recurso de hoy te ayudará a acordarte de todas las ideas que se te ocurren a lo largo del día y de esa manera poder para un momento comentarlas con otra persona o a pensar sobre ellas cuando tengas un rato libre y te puedas concentrar. El cuaderno de ideas sirve para eso y no tiene por qué ser un cuaderno, puedes utilizar el recurso que más cómodo te resulte: un cuaderno, la app de notas de tu móvil, una app de notas de voz, etc. Lo que sea que puedas llevar contigo en todo momento y que te permita capturar esa idea en el momento en qué ocurre. Además de capturar las ideas que seguramente hubieras olvidado si no las apuntaras, el cuaderno sirve para generar más ideas a posteriori cuando te sientes a pensar sobre ellas y las conectes entre sí. Las buenas ideas no siempre son buenas para la innovación. Esta afirmación puede parecer un tanto paradójica pero tiene su verdad. En el artículo de hoy te contamos por qué y te damos una pista para mejorar el esfuerzo de innovación de tu empresa. ¿Qué es una buena idea?
Cada persona tiene su propia definición de lo que es una buena idea, algunos dirán que es rompedora, otros que es original, o incluso sorprendente o revolucionaria. Por lo general, las solemos asociar con el efecto "wow" que producen en nososotros. ¿Entonces cuál es el problema? Las buenas ideas no tienen nada de malo. Siempre que no estemos hablando de innovación. Si analizamos la definición de innovación, ideas originales que crean riqueza de forma sostenible, tenemos la respuesta a nuestra pregunta. Todos tenemos muchas ideas (y entre ellas unas cuantas que consideramos mejores que las demás) pero no son más que eso: ideas. Si no somos capaces de crear riqueza de forma sostenible con ellas, no estamos hablando de innovación. ¿Qué ideas son válidas en innovación? Si nos ponemos a analizar las iniciativas de innovación que han tenido éxito y a como han llegado a tenerlo, encontraremos una respuesta a esta pregunta. Muchas empresas en las que se promueven y se da visibilidad a las ideas, dónde se pone recursos y energía en torno a su desarrollo, suelen poner la mejora de las ideas como elemento central de su esfuerzo de innovación. Y probablemente allí reside el problema. En muchos casos, cuando la idea no prospera a la hora de ejecutarla, se queda en un "esto parecía una buena idea en su momento". Sin embargo, si observamos los innovadores que han tenido éxito, podremos observar que dedicaron más tiempo a probar sus hipótesis que a identificar y desarrollar sus ideas. Por lo general, el elemento central de su esfuerzo es la hipótesis de negocio (es decir una creencia comprobable sobre la creación de valor en el futuro). Estas empresas buscaban una posible relación entre una acción y un resultado con beneficio, con una medida o una métrica que se pueda utilizar. Y allí está la diferencia: una hipótesis puede ser una buena idea pero no todas las ideas se pueden comprobar con hipótesis medibles. ¿Por qué es importante probar y medir nuestras hipótesis? En el proceso de innovación, la parte central y vital es la comprobación de las hipótesis mediante los prototipos y la iteración de los mismos. Todas las (buenas) ideas deben ser probadas. Es la única forma de que se conviertan en valor real o se puedan descartar o modificar si los resultados no son los esperados y no son buenos. No hay idea innovadora si no hay prototipo, y hasta que no hayas probado tu idea con un prototipo no sabrás si se trata de una buena idea, de una innovación o simplemente de una idea a descartar. ¿Cómo empresa, cómo puedo mejorar mi esfuerzo de innovación? Si lo que quieres es transformar la cultura de innovación de tu empresa de forma rápida y productiva, el primer paso debe ser animar a los empleados a presentar sus propuestas de innovación en forma de prototipo (y formarlos en la creación de prototipos). El simple hecho de hacerlo evitará un aluvión de "buenas ideas" y permitirá que las ideas que se proponen sean más trabajadas y se puedan empezar a probar de inmediato. Nos pasamos la vida comunicando con los demás. Esta es una realidad y más desde que existen las redes sociales. Lo que no hacemos en muchas ocasiones sacar provecho de esta comunicación para tener más ideas. ¿Existe una habilidad podamos desarrollar conseguirlo?
La respuesta es un sí rotundo. Esta habilidad se llama capacidad de escucha activa. Cuando nos comunicamos con otras personas, solemos escuchar lo que nos dicen desde nuestro punto de vista y pensando en lo que vamos a contestar. Por lo general, cuesta ir más allá de las palabras que nos dicen o escriben. Solamente hay que ver los debates políticos o los que se generan en las redes sociales para tener ejemplos flagrantes de ello. La capacidad de escucha activa, que deberíamos desarrollar todos, se refiere a la habilidad de escuchar, no solo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, las ideas o los pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo. ¿Por qué es importante a la hora de tener más ideas? En cada intercambio que tenemos, surgen oportunidades de aprender, de construir, de ir más allá y de enriquecer nuestro conocimiento, pero con mucha frecuencia estamos demasiado ocupados pensando en nuestras propias opiniones y no logramos ver esa oportunidad, no logramos una escucha activa y efectiva. Es sorprendente la cantidad de ideas que pueden surgir durante una conversación si sabemos escuchar a nuestro interlocutor e intentamos leer entre líneas ( a veces tiene más importancia lo que no se dice). |
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