¿Cuál es tu reacción cuando algo te frustra porque no funciona como quieres o cuando el servicio que te dan no es el que esperabas? Analizar tu frustración te puede ayudar a tener ideas.
A todos nos pasa a menudo: compramos un producto o un servicios y por la razón que sea no es lo que esperábamos o simplemente no funciona. Nuestra reacción primaria es de enfado y frustración. Llamamos al proveedor para solucionarlo y si no nos lo soluciona seguimos con el enfado. Lo que NO solemos hacer es analizar nuestra frustración, es decir: ¿Qué es lo que no funciona o no es lo que esperaba? ¿Por qué me esperaba otra cosa? ¿Cuáles eran mis expectativas? ¿Tengo las mismas expectativas que los demás usuarios? ¿Soy el público objetivo? ¿Qué haría yo diferente para que este producto/servicio fuera satisfactorio para mí? ¿Qué se podría mejorar del producto/servicio o de su proceso de elaboración, ejecución o venta para eliminar mi frustración? ¿Se pueden aplicar estas soluciones a otros productos o servicios? ¿Qué me aporta en mi sector tener esta información? Si haces este ejercicio como rutina cada vez que algún producto/servicio te frustra o falla, te darás cuenta de que empiezas a tener ideas nuevas que puedes aplicar a tu propio ámbito/sector.
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Abril 2019
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