Antes de empezar a trabajar en tu elevator pitch, hay dos pasos que debes resolver sí o sí. No sirve de nada empezar a preparar tu elevator pitch si antes no has definido la audiencia a la que te vas a dirigir y si no tienes clara tu propuesta de valor. 1. Define tu audiencia El pitch variará según la audiencia a la que te estés dirigiendo. No contarás tu idea de la misma manera si te estás dirigiendo al cliente final que si te estás dirigiendo a posibles inversores. Así que, cuando construyas tu pitch, es imprescindible que identifiques y conozcas bien a la audiencia o público objetivo en cada caso para poder adaptar tu discurso. Por ejemplo, para vender tu idea antes de haberla desarrollado, tu discurso debe ser mucho más centrado en el potencial de tu idea para desarrollarla posteriormente, sus beneficios para los clientes y su alineación con la estrategia de la compañía. Pero ante un comité de inversores, aparte de enseñar el prototipo y los beneficios los clientes y la compañía, también debes incluir en el discurso las posibilidades de implementación y ejecución de tu proyecto. Recuerda: el objetivo final siempre es convencer a los oyentes de las oportunidades de negocio que tiene tu proyecto. 2. Define tu propuesta de valor Es decir: ¿qué hay para el cliente? ¿Qué ofrezco a mis clientes que me diferencia de los competidores y por tanto me hace ser único? La propuesta de valor es lo que nos separa de los competidores, define nuestra posición en el mercado y nos da una ventaja sobre el resto de propuestas disponibles en el mercado. No debería dirigirse a todo el mundo. Al contrario, una buena propuesta de valor es atractiva y efectiva para un público objetivo definido. La propuesta de valor debe ser sencilla, clara y única. Tienes más información sobre la propuesta de valor aqui. El próximo día te contaremos cómo construir tu elevator pitch.
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